Hechos 9
Queridos jóvenes
y amigos,
Hemos visto en el
capitulo 7 como los judíos rechazaron al mensaje de Esteban, y como la palabra
de Dios por Felipe en capitulo 8 salio a Samaritanos y un gentil, el eunuco. Ahora vemos que el Señor va a salvar al apóstol
de los gentiles, el peor pecador en todo el mundo según 1Timoteo 1:15 “Cristo Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.” Así vemos también que Dios no ve el pecado
como el hombre. El pecado tan grave de
Saulo era pecado religioso. Pero de
todos modos, la gracia infinita de Dios vemos que El salvaría al peor pecador
para que nadie se desespere de ser demasiado mal.
“Yo soy Jesús, a quien tú
persigues” Con estas palabras tan fuertes Saulo de Tarso llegó a conocer que
Jesús y sus santos en la tierra eran un solo cuerpo. Perseguir a los santos quería decir perseguir
a Cristo mismo. Bueno seria si nosotros
pensásemos de lo mismo en nuestros tratos con nuestros hermanos en Cristo. Como dijo el apóstol en Romanos 14:15 “Tu
hermano….aquel por quien Cristo murió.”
Algunos
han tenido preguntas sobre lo que dice aquí acerca de los que caminaban con
Saulo. En nuestro capitulo dice así “Y
los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz,
mas sin ver a nadie.” Pero cuando Pablo
contó la historia de vuelta en Hechos 22 dijo “Y los que estaban conmigo vieron
a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba
conmigo.” Yo creo que vemos cosa semejante en Juan capitulo 12:28 “Entonces
vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. Y
la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un
trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.”
Tu amigo, si no conoces a Cristo, ¿vas a decir que las palabras en que
Dios te ha hablado son nada mas que “trueno”? ¿O que las palabras son para otro
alguien? Estos hombres vieron y
escucharon un milagro, pero según lo que sabemos, no llegaron a arrepentimiento
como Saulo. Tu, si estas leyendo estas
palabras sin conocer a Cristo, no es porque no has oído su voz hablándote. ¡No pongas ya oídos sordos a esta voz que te
habla “secretos de puro amor” como nos dice el himno!
Si Dios
quiere, la semana que viene consideremos mas del
afecto de gracia en el corazón de Saulo de Tarso.
Su
hermano en Cristo (si es que le conoces), Felipe Fournier