Hechos 27
Queridos
jóvenes y amigos,
El capitulo
27 de los Hechos parece ser nada mas que la historia interesante del Apóstol
Pablo y sus compañeros (Lucas y Aristarco) viajando a Roma y pasando gran
tempestad y naufragio. Pero hay algo
más, muy interesante, que hemos aprendido de un hermano que recién pasó a la
presencia del Señor. Empezando desde el
versículo 9, vemos en este capitulo una historia de la iglesia durante el día
de gracia, o sea la dispensación en que nosotros ahora vivimos. Con la ayuda del Señor, vamos a tratar de
sobre pasar este tema en varios estudios y también sacar algo de beneficio para
nuestras almas.
Primero, vamos a decir algunas cosas
en general. La nave nos habla del
testimonio del Cristianismo. Los de
abordo nos habla de los creyentes en Cristo.
Pablo nos habla de la doctrina que Pablo enseñó y escribió, llamado en 2
Timoteo 2:9 “mi evangelio”. Se nota que
el testimonio (la nave) fue destruido.
Pero también se nota que ninguno fue perdido. Así que nosotros no esperamos volver a los
días primeros de poder y gran testimonio.
Pero si estamos seguros que cada creyente llegará al cielo; ninguna oveja de Cristo puede perecer.
Vemos el
verso 9 “siendo ya
peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno”. El ayuno nos habla de la actitud y
sensibilidad espiritual que había entre los primeros Cristianos
en el libro de los Hechos. Ellos
partieron pan todos los días, nos parece, según Hechos 2:46-47 “Y perseverando
unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos
con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo
favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que
habían de ser salvos.” Pero nos dice en
nuestro capitulo que ya pasó el ayuno.
Así que esta condición espiritual tan admirable que se veía en los
creyentes, no era sostenida, y por supuesto el
resultado era peligro. ¿Y no es cierto,
amigos, cuando andamos lejos del Señor, nos falta el deseo de juntar con
nuestros hermanos en Cristo? También no
hay poder en el evangelio, porque nuestros propios corazones no están rebosando
del amor de Cristo. Pablo amonestó a
estos navegantes del peligro, pero no hicieron caso. Así que vemos en 2 Timoteo 1 “que me
abandonaron todos los que están en Asia”.
Así
era la partida en el primer siglo de la edad Cristiana. Perdiendo “el ayuno” o la sensibilidad de
debilidad y necesidad de apoyarse cada momento en los brazos del Señor Jesús,
los santos abandonaron a Pablo y la doctrina que él enseñaba. Algunas verdades enseñados por Pablo que no
fueron enseñados por los otros Apóstoles, como Pedro, Juan, y Santiago. Un pequeño resumen de estas doctrinas seria
esto: Uno, la venida del Señor Jesús para arrebatar a sus redimidos, 1
Tesalonicenses 4. Dos, que nosotros, creyentes
en el día de gracia, somos “en Cristo” Hechos 13:39 “en él es justificado todo
aquel que cree”. Tres, somos un solo
cuerpo, Cristo y su iglesia, como Pablo enseñó en Efesios 3:1-6. Cuatro, la verdad añadida por Pablo en 1
Corintios 10 al partimiento de pan de que el un solo pan habla del cuerpo de
Cristo, o sea, nosotros creyentes todos miembros del un solo cuerpo de Cristo
se ve en el pan. Cinco, los muertos en
Cristo en nuestro día son ausentes de cuerpo, y presentes con el Señor.
Filipenses 1:23. Y seis, que nosotros en resurrección, tendremos cuerpos de
gloria, incorruptibles, como el cuerpo de Cristo, Filipenses 3:21. Para nosotros, hoy en día, ¡qué no
abandonemos el ayuno, o sea la actitud del alma que reconoce nuestra debilidad
y se apoya en el Señor Jesús todos los días!
Su
hermano en Cristo, Felipe Fournier