Queridos jóvenes y amigos,
Es muy posible que algunos de ustedes ya hayan escuchado la enseñanza
bonita sobre los versos 7 a 12 de Hechos 20.
Pero creo que vale la pena un pequeño resumen para ustedes que ya lo han
oído y quizás algo nuevo para ustedes que no.
Voy a citar los versos aquí:
“El primer día de la semana, reunidos
los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día
siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. Y había muchas
lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un joven
llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana,
rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido
del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces
descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues
está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló
largamente hasta el alba; y así salió. Y llevaron al joven vivo, y
fueron grandemente consolados.”
Creo que vemos aquí una profecía de nuestro tiempo,
el día de gracia, que empezó desde el día de Pentecostés. En otras palabras, esta porción nos describe
lo que ha pasado al testimonio de creyentes desde el principio hasta hoy en día. Primero, se ve bien aquí que los adventistas
que predican el sábado para cristianos están equivocados. Los discípulos reunieron para partir pan el
primer día de la semana, el día de la resurrección, otra prueba que el
Cristianismo es algo nuevo, no una extensión del Judaísmo. Volviendo a nuestro tema, se ve que los
creyentes escucharon la predicación de Pablo en el primer siglo. Estaban en el aposento alto, que para
nosotros nos habla de nuestra posición como herederos de la herencia celestial,
no terrenal como los Israelitas. Pero
aun en su vida, empezaron a abandonar su ministerio, como dijo Pablo mismo en 2
Timoteo 1:15 “Ya sabes esto, que me abandonaron todos los que están en Asia...” Vemos los cristianos en tipo en el joven Eutico que empezaron a dormir, hasta que llego los “siglos
oscuros” cuando la profesión cristiano cayó hasta el nivel del mundo, olvidando
su llamada celestial. El joven se encontró
como muerto; y así era entre los siglos oscuros, que parecía que casi no había
personas que conocían a Cristo de verdad.
Pero, si leemos los himnos que fueron escritos en estos tiempos, vemos
que a pesar de las tinieblas, el Señor tenía sus santos, aun en la oscuridad
del catolicismo.
Vemos después que Pablo descendió, el joven fue
levantado, y subieron al aposento alto otra vez. Creo que vemos aquí que Dios en su
misericordia, revivió a la profesión cristiana, primeramente en la predicación
del evangelio por Martín Lutero y otros de su época,
y después revivió varias verdades en el siglo 19,
cuando el Espíritu de Dios trabajo en los corazones de diversos hermanos. En aquel entonces, las doctrinas tan
importantes que el apóstol Pablo predicó fueron restaurados, verdades como la
venida pronto del Señor, la llamada celestial del creyente, la iglesia como un
solo cuerpo de Cristo, y otras verdades preciosas. Hay que notar que ellos hablaron “hasta el
alba”. Así que, amigos, el Señor en su
gracia nos ha otorgado estas verdades que fueron perdidos por muchos años. ¡Que nosotros las tengamos en valor, para no
perderlas antes que “el alba” o sea, la venida del Señor Jesucristo! ¡Que seamos fieles, o amados, a comprar la
verdad, y no venderla!
Su
hermano en Cristo, Felipe Fournier