Queridos jóvenes y amigos,

 

Ha sido varias semanas desde que consideramos Hechos 18 y la manera en que Pablo trabaja por día y enseñaba la palabra de Dios por noche.  Ahora veremos como el apóstol se equivocó en su ministerio para el Señor. 

 

Hay que recordar que el apóstol Pablo desde el principio había recibido mandato del Señor Jesús para llevar su palabra a los gentiles.  Vemos las palabras del Señor a Ananias referente al apóstol en Hechos 9:15 “...porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; También, vemos en Galatas 2:7  “...me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión,” (los gentiles).  No hay duda entonces que el ministerio de Pablo era para los gentiles antes que todo. 

 

Pero Pablo amaba a su propio pueblo, y a menudo en los Hechos vemos que el anhelaba ver la salvación de ellos.  Por eso, el muchas veces al llegar a una cuidad, se metía en la sinagoga para predicar a los judíos.  Pero, en este capitulo, vemos que el Señor le sacó de la sinagoga, casi por fuerza, usando la rebelión de los judíos.  El entonces, se metió en la casa de Justo para predicar la palabra.  ¿Y que pasó entonces?  Crispo, el principal de la sinagoga (un judío sin duda), y toda su familia fue salvo.  Si Dios quiere, veremos lo mismo en capitulo 19 también.  Pablo, cuando obedeció el mandato de Dios para predicar a los gentiles, experimentó que también fueron salvos los judíos. 

 

Yo creo que la lección que tenemos aquí es no pensar que obediencia a la palabra de Dios es un impedimento a la predicación del evangelio.  Algunos dicen que para atraer la gente a escuchar el evangelio, tenemos que usar cualquier medida.  La música instrumental es una de las medidas que se usa muchas veces.  Pero hay que recordar que la obediencia a la palabra de Dios debe de ser primero, y si es así, nuestros esfuerzos en el evangelio no serán sin éxito.  Cierto es que Dios usa muchas maneras para hablar a los perdidos de su necesidad de salvación y le damos gracias por cualquier que glorifica al Señor en la predicación del evangelio.  Pero, para nosotros debemos ser obedientes a su palabra primeramente, y esperar en Dios por los resultados de la predicación.

 

Su hermano por gracia, Felipe Fournier