Hechos
11
Queridos
jóvenes y amigos,
Primeramente
quiero pedir sus oraciones por el joven Daniel León con 21 años de Lima, Perú. Esta sufriendo gravemente con tuberculosis,
en su quinta recaída, muy débil y deprimido, y su mama con pocas maneras de
ayudarle. Estoy seguro que el apreciará
nuestros oraciones. (Nota: Daniel León pasó a la presencia del Señor en agosto,
2004)
Hay
varias cosas de suma interés en este capítulo once. En la primera parte del capituló, Pedro tiene
que defender ante los judíos de Jerusalén su conducta, de haber entrado y
predicado el evangelio a los gentiles.
Veo aquí cosas de buena instrucción por nosotros. Primero, los hermanos que pensaban mal de lo
que Pedro hizo, le hablaron directamente, cara a cara, acerca de lo que pensaban;
no empezaban a chismar detrás de sus espaldas.
Segundo, Pedro se explicó con paciencia cuidadosamente, fundando sus
acciones en la palabra de Dios. Tercero,
los hermanos, después de aprender que estaban equivocados, no trataron de
mantener su posición, sino glorificaron a Dios de haber equivocado diciendo “Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios
arrepentimiento para vida!” Oh, hermanos, me parece que en esto hemos fallado mucho, de
no hablar abiertamente cuando no entendemos a nuestros hermanos, y ¡cuantos
resentimientos, dolores, y desacuerdos han resultado!
En la segunda mitad del capítulo, vemos como Dios obró
para esparcir las buenas nuevas de la salvación mas allá
que Israel. La persecución de los
creyentes bastaba para llevar el evangelio a tierras lejanas, no lo que el
diablo había esperado, pero lo que Dios disponía. Y los de Chipre y Cirene,
entendiendo bien lo que había pasado con Pedro, y quizás con menos prejuicios
que los cristianos judíos de Jerusalén, predicaron a los griegos gentiles, y
encontraron muchas almas hambrientas de la palabra de Dios. El feliz resultado era “gran número creyó y
se convirtió al Señor.” Después, vemos
que “la iglesia” no quiere decir un edificio como se piensa hoy en día, sino
los santos congregados en cierto lugar porque se nota que tiene “oídos”. “Llegó la noticia de estas cosas a oídos de
la iglesia que estaba en Jerusalén.”
El capitulo termina con un
buen ejemplo de lo que leemos en Efesios 4:11-12 “Y
él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a
los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo”. Los evangelistas predicaron la
palabra, y los griegos se convirtieron al Señor. Después vino el pastor, Bernabé, con palabras
de animo, este don que necesitamos tanto, y “Este, cuando llegó, y vio la
gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón
permaneciesen fieles al Señor.” Pero el
se dio cuenta que estos creyentes recién salvados necesitaban mas enseñanza, y
no se sintió capaz. Por eso, “Después
fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y
hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con
la iglesia, y enseñaron a mucha gente.”
¡Que bonito el modelo que vemos aquí!
No es un solo hombre tratando de ejercitar en si mismo todos los dones,
sino varios hermanos trabajando en buena comunión, cada uno reconociendo los
dones que Dios había dado a cada cual, y el feliz resultado del testimonio al
mundo que los santos fueron llamado “Cristianos” por la primera vez.
Termino el capítulo con esta observación del gran
cambio entre el judaísmo y cristianismo.
La ley requería el diezmo. Pero
aquí vemos algo diferente “Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que
tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea.” ¡Y que bonito también, se nota el enlace de
hermanos en Cristo, griegos enviando socorro a judíos, los que antes no tenían
nada que ver los unos con los otros!
Dios mediante me voy esta semana a Nuevo Jersey para visitar mis hermanos allá, y después a la
Republica Dominicana para una visita.
Agradezco sus oraciones. Su hermano
en Cristo, Felipe Fournier