Judas, discípulo, amigo, traidor
Léase por favor Salmo 55:12-14
Queridos jóvenes y amigos,
“Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.” Salmo 41:9
“No hablo de todos vosotros: yo sé los que he elegido: mas para que se
cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su
calcañar.” Juan 13:18
Nuestro tema de
hoy día es el mismo hombre, discípulo pero no de verdad hombre de fe en el
Señor Jesús, sino apostata. Se habla
bastante de el en los evangelios, y como fue elegido con los demás
discípulos. “Llamando á sus doce
discípulos, les dió potestad contra los espíritus
inmundos, para que los echasen fuera, y sanasen toda enfermedad y toda
dolencia…Simón el Cananita y Judas Iscariote, que también le entregó.” Mateo 10:1-4
A través de estos versículos, nos damos cuenta que Judas Iscariote
también hacia milagros como los otros discípulos. Era un hombre inteligente pues a el le
entregaron el cuidado del dinero que los discípulos usaron, o sea, era el
tesorero. “Porque los unos pensaban, por
que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la
fiesta: ó, que diese algo á los pobres.”
Juan 13:29 El Salmo 55, aunque
principalmente habla de la diferencia entre los judíos de fe comparados con los
que no tienen fe en un día venidero, nos da de entender las emociones del Señor
Jesús para con Judas. “Porque no me
afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me
aborrecía, porque me hubiera ocultado de él: Mas tú, hombre, al parecer íntimo
mío, mi guía, y mi familiar.”
¿Cómo puede ser
que un hombre pudiera andar tan cerca del Señor Jesús por más que tres años,
haciendo milagros y viendo los milagros que el Señor hizo, y aun así morir en
sus pecados? Para mi es muy solemne lo
que se nos dice en el fin del capítulo 6 de Juan; “Jesús le respondió: ¿No he
escogido yo á vosotros doce, y uno de vosotros es diablo? Y hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón,
porque éste era el que le había de entregar, el cual era uno de los doce.” La expresión “uno de los doce” se usa ocho
veces en los evangelios, y cada vez menos uno (Juan 20:24 donde habla de Tomás)
refiere al mismo Judas Iscariote. Yo
creo que nos da énfasis sobre la solemnidad de su situación de Judas. “Uno de los doce” quiere decir que se
identificaba con los discípulos constantemente como si fuera uno de ellos de
corazón también. Era un fraude, pero un
fraude de inteligencia y capacidad, tan capaz de engañar que todos los
discípulos, hasta el mismo Juan, no pudieron detectar su falsedad. No, aun cuando el Señor Jesús mencionaba que
alguno de los discípulos le iban a entregar, ellos no se dieron cuenta de quien
era. “Como hubo dicho Jesús esto, fué conmovido en el espíritu, y protestó, y dijo: De
cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me ha de entregar. Entonces los discípulos mirábanse los unos á
los otros, dudando de quién decía.” Juan
13:22-23
O, mi amigo, ¿puede
ser que usted se encuentra en tal posición? ¿Identificándose totalmente con los demás
amigos que se conocen como creyentes en el Señor Jesús, pero de corazón, puro
fraude? No creo que Judas se engañaba a
si mismo. El sabía que algún día iba a
ser necesario o arrepentirse o rechazar.
Creo que el pasaba los días pensando, “acaso mañana me arrepiento, pero
por el día de hoy, voy a ver que mas puedo aprovechar sin someterme.” ¡Que peligroso es caminar en tal estado de
mente! En su corazón había la avaricia,
cosa que Satanás conocía muy bien, y lo usaba con fin de destruirle. Y cada día era más fácil no entregarse al
Señor, pues poco a poco iba aumentando su dinero ilícito. “…porque era ladrón, y tenía la bolsa, y
traía lo que se echaba en ella.” Juan
12:6
Dios mediante
la semana que viene, continuaremos nuestro estudio sobre Judas Iscariote, y su
triste fin. Entre tanto, bueno es que
examinemos nuestros corazones si por acaso se encuentra algún defecto que
Satanás esta usando para estorbarnos en nuestra senda de seguir al Señor
Jesucristo, aunque seamos verdaderos creyentes y no fraudes como era Judas.
No escribí la
semana pasada por haber salido temprano a visitar a los hermanos en Tijuana, y
si no logro hacer este estudio en día del Señor, las cargas de la vida diaria
me impiden y a rara vez lo puedo hacer mas tarde en la semana. Pero quiero agradecer a ustedes que me escriban
cuando me falta hacerlo, diciendo que se les extraña. Para mi es un gran animo continuar en este
pequeño trabajo para el Señor.
Su hermano solo
por gracia, Felipe Fournier