Felipe de Bethsaida
Queridos jóvenes y amigos,
“El siguiente día quiso Jesús ir á Galilea, y halla á Felipe, al cual dijo:
Sígueme. Y era Felipe de Bethsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe halló á
Nataniel, y dícele: Hemos hallado á aquel de quien
escribió Moisés en la ley, y los profetas: á Jesús, el hijo de José, de
Nazaret. Y díjole Nataniel: ¿De Nazaret
puede haber algo de bueno? Dícele Felipe: Ven y
ve.” Juan 1:43-46
Así somos
introducidos a este discípulo de quien sabemos muy poco. (A veces se confunde con Felipe en el libro
de los Hechos, pero no es el mismo hombre.)
Felipe era de la ciudad de Bethsaida, igual
como Andrés y Pedro. Pero de esta ciudad
no leemos nada tan bueno. “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Bethsaida!
porque si en Tiro y en Sidón fueran hechas las
maravillas que han sido hechas en vosotras, en otro tiempo se hubieran
arrepentido en saco y en ceniza. Por
tanto os digo, que á Tiro y á Sidón será más
tolerable el castigo en el día del juicio, que á vosotras.” Pero de esta ciudad, rebelde y sin
arrepentimiento en general, salieron tres hombres de fe en el Señor Jesús, y
Felipe entre ellos. Acaso usted se
siente muy solo también, rodeado de inconversos. No es fácil ser uno diferente que los demás
pero Felipe se dio cuenta que el camino angosto de seguir a Jesús era lo
mejor. “Porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva á la vida, y pocos son los que la hallan.” Mateo 7:14
Vemos a Felipe
en Juan 1 invitando a su amigo, Nataniel, de conocer también a Jesús. “Hemos hallado á aquel de quien escribió
Moisés en la ley, y los profetas: á Jesús.”
Creo que vemos por este versículo que Felipe era un Judío
fiel que escudriñaba las escrituras de Moisés y los profetas. Ya cuando Jesús se manifestó, Felipe de una
vez reconoció que este era el Mesías prometido en las escrituras. “Mas el que entra por la puerta, el pastor de
las ovejas es.” Juan 10:2 El Señor Jesús entró por la puerta, la puerta
siendo las profecías del antiguo testamento.
Felipe nos es muy buen ejemplo entonces del valor de leer la Biblia cada
uno por nosotros mismos, todos los días, pues por ella Dios nos va a manifestar
su amado hijo, el prometido desde la caída de Adán. “Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y
entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza.” Génesis 3:15
Nataniel era
sospechoso que cualquier cosa buena hubiera salido de Galilea. Pero Felipe con sabiduría no discutía con el,
solamente le dijo “Ven y ve.” Muchas
veces es mejor así, que dejemos que el Señor haga la obra por el poder de su
Espíritu, en vez de que nosotros tratemos de convencer por la fuerza de
nuestros argumentos.
Solo leemos una
vez mas la voz de Felipe hablando en la Biblia, en Juan 14. “Dícele Felipe:
Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.”
Parece que Felipe no entendió muy bien lo que el Señor había dicho
antes, a lo mejor palabras que Felipe escuchaba. “Todas las cosas me son entregadas de mi
Padre: y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino
el Hijo, y aquel á quien el Hijo lo quisiere revelar.” Felipe quería ver algo diferente, pero Jesús
era la revelación completa de la persona y el carácter de Dios. “Jesús le dice: ¿Tanto tiempo ha que estoy
con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto al
Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” ¿Queremos nosotros también conocer al
Padre? Estudiamos, pues, los cuatro
evangelios, porque no hay nada de Dios que no podemos conocer a través de la
vida y las palabras del Señor Jesucristo aquí en el mundo.
La historia
secular nos cuenta que Felipe murió crucificado por el nombre de Jesús.
Su hermano solo
por gracia, Felipe Fournier