Gobierno:
La espada puesta en mano de Noe
Queridos
jóvenes y amigos,
La semana
pasada vimos que el hombre bajo la guía de su conciencia llegó a ser ambos
corrupto y violento, malísimo en extremo, hasta que Dios tuvo que traer el
juicio del diluvio para limpiar la tierra.
Salieron ocho personas en un mundo renovado, y hubo cambios. Esto vemos en el capítulo 9 de Génesis.
Primeramente,
el hombre fue libertado para comer toda cosa, incluso la carne. Me parece que antes que el diluvio, el hombre
no comió carne, pero aquí vemos que Dios dio “Todo lo que se mueve y vive, os
será para mantenimiento: así como las legumbres y hierbas, os lo he dado
todo”. Sabemos que por medio del
judaísmo, Dios puso ciertas restricciones en la dieta, y todo esto tiene su
aspecto espiritual que nos enseña cosas bonitas. Pero es muy importante ver que ahora en el
día de gracia, igual como en la dispensación de gobierno,
“la vianda no nos hace más aceptos á Dios: porque ni que comamos, seremos más
ricos; ni que no comamos, seremos más pobres.” 1 Corintios 8:8. En otras palabras, en los ojos de Dios, lo
que comemos ya no importa nada. Es para
sostener el cuerpo, pero no es nada espiritual.
Claro que hay muchas sectas que enseñan que la dieta importa en las
cosas de Dios, pero es falta de entender la dispensación de gracia.
Pero otra cosa muy importante vimos
aquí en Genesis 9 “El que derramare sangre del
hombre, por el hombre su sangre será derramada;”. Antes, cada hombre estaba bajo su propia
conciencia. No hubo autoridad de un
hombre para ejecutar juicio sobre otro hombre.
Pero después del diluvio, Dios entregó esta autoridad en mano de hombre. A nosotros no necesariamente nos gusta estar
bajo autoridad de otros, pero es necesario para mantener algo de orden en un
mundo lleno de pecado.
Quizás
vale la pena mencionar cuatro esferas de autoridad que Dios ha puesto en el
mundo en su misericordia. Primeramente,
hay la casa, donde el padre tiene autoridad sobre su esposa y sus hijos. Los niños son responsables para obedecer la
autoridad de sus padres, y la esposa a su marido. “Hijos, obedeced en el Señor á vuestros
padres; porque esto es justo.” “Porque
el marido es cabeza de la mujer” Efesios
5 y 6. Después, hay autoridad en el
trabajo.
“Siervos,
obedeced á vuestros amos según la carne”.
Por los niños, semejante es su posición en la escuela, donde deben de
obedecer a los maestros. Entonces, hay
autoridad en el mundo “Toda alma se someta á las potestades superiores; porque
no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.” Romanos
13:1. Finalmente, hay autoridad en la
asamblea. “Obedeced á vuestros pastores,
y sujetaos á ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que
han de dar cuenta”; Hebreos 13: 17 “En
el nombre del Señor nuestro Jesucristo, juntados vosotros y mi espíritu, con la
facultad de nuestro Señor Jesucristo” 1 Corintios 5:4. Todas estas esferas de autoridad estableció
Dios en su misericordia para el bienestar del hombre.
Puede
haber personas que dicen que cuando la autoridad se comporta mal, entonces no
es necesario ya respetar su autoridad.
Pero vemos aquí en Génesis 9 que Noe, el primer gobernador, se puso
borracho con su vino. Un borracho no
puede juzgar bien, y así era con Noe, pues se encontró desnudo. Pero sus dos hijos mayores “Sem y Japhet tomaron la ropa, y
la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la
desnudez de su padre teniendo vueltos sus rostros”. Así que vemos un principio desde Génesis que
hay que respetar la autoridad, aunque no siempre se comporta como se
espera. Padres pueden abusar su
autoridad con sus hijos, castigando cuando no merecen; los gobiernos toman
soborno; los patrones en el trabajo explotan sus empleados; los ancianos en la
asamblea a veces buscan disciplina sin mucho motivo. Pero el abuso de la autoridad no es excusa
para la rebelión en los ojos de Dios.
Como citamos arriba en Hebreos 13 ellos “han de
dar cuenta” y esta cuenta es con Dios mismo, si abusan su autoridad. Nuestra responsabilidad es someternos, al
menos que la autoridad nos manda hacer algo en contra el mandamiento de Dios,
la autoridad principal.
La
dispensación de Gobierno terminó en la torre de Babel, donde los hombres se
organizaron para rebelar contra la autoridad suprema de Dios, y fueron
frustrados en su intención. Pero la
autoridad no terminó y debemos dar gracias a Dios que hay porque de otro modo
el mundo seria un caos insoportable.
Su
hermano por gracia, Felipe Fournier