Pedro, Tristezas, Comida, Caminando sobre el Agua
Léase por favor Mateo 14, Marcos 6, Juan 6
Queridos jóvenes y amigos,
Los he pedido que leyeren en tres capítulos de tres
evangelios. Para aprender todo lo que
paso en este periodo de dos días, es necesario leer estos tres capítulos, pues
no se puede aprender todo leyendo un solo evangelio. Para mi es una demostración de la profundidad
de la escritura y porque la debemos leer cada día, aunque la hemos leído
tanto.
Juntando
la historia en Mateo y Marcos, nos da la escena que Pedro vio de la grandeza y
sabiduría de su maestro. Habían dos grupos que vinieron a Jesús justo en este
momento. Un grupo (los discípulos de
Juan Bautista, muerto por Herodes), lleno de tristeza y pérdida y otro, lleno
de gozo y triunfo. Vemos el primer grupo
aquí “Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo, y lo enterraron; y
fueron, y dieron las nuevas á Jesús.” Mateo 14:12. El otro grupo vemos en Marcos 6 “Y los
apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo
que habían enseñado.” Si fuera nosotros,
podemos imaginar que difícil seria contar con dos grupos así con necesidades
tan distintas. Pedro sin duda
maravillaba como su maestro podía ministrar a estos dos grupos en la manera
perfecta que cada uno necesitaba, consuelo y animo de un lado, y quizás
humildad y dirección por el otro lado.
Vemos
después como el Señor apacentó a las multitudes de personas que lo habían
seguido para escuchar su palabra. Para
ver todo lo que pasó en esta historia, tenemos que leer también en Juan 6,
porque allí dice como el Señor usó la circunstancia para el ejercicio de otro discípulo,
Felipe. “Y como alzó Jesús los ojos, y vió que había venido á él grande multitud, dice á Felipe:
¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?” Felipe no era igual a la prueba, y respondió
con palabras que indicaban su falta de fe “Respondióle
Felipe: Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos
tome un poco.” Pero que bueno es notar
que la falta de fe en los discípulos no era impedimento al Señor, pues dio
comida a todos, usando los mismos discípulos para distribuir a la
multitud. Así que, mis amigos, vemos
como el Señor nos da la oportunidad de servirle, a pesar de lo que somos, y aun
para distribuir bendición a otros.
Esta
tercera circunstancia, cuya historia solo se ve en Mateo 14, nos conmueve
acerca de la devoción de Pedro para Jesús.
Tiene carácter especial para mí también, porque me hace recordar de un
día hace 27 años cuando yo iba dar un anillo de promesa a mi novia, y tenia
algo de miedo. La estaba esperando y pensé
de esta historia, y ore esta misma oración de Pedro “Señor, si tú eres, manda
que yo vaya á ti sobre las aguas.” Me
acuerdo hasta el día de hoy como sentí la paz llenando mi corazón, y sentí que
el Señor me había contestado “Si, soy yo.”
Desde aquel momento, no volví a sentir miedo en la decisión que había
tomado. Y Pedro, ¿arrepintió de haber
salido de la barca para acercarse a Jesús?
Yo creo que no. Es cierto que tuvo
miedo, y quitó sus ojos de Jesús para ver las olas tan grandes. ¿Y no somos nosotros de carácter igual? Pensamos que si no hay olas y vientos,
entonces podemos caminar bien sobre el agua.
Pero, ¡que tontería!, no somos nada mas capaces de caminar sobre agua
calma que agua atormentada. Solo es que
así pensamos, y tenemos que aprender como Pedro la mano fuerte de nuestro Jesús
apoyándonos en todos los momentos de nuestra vida.
Admiro
mucho a Pedro en esta historia, porque tomó el riesgo de salir de su sitio más
o menos cómodo para acercarse a Cristo.
Ninguno de los otros discípulos atrevieron hacerlo, y aunque dudaba
después, sabia donde encontrar su socorro.
Con dos palabras, dichos en su extremidad “Señor, sálvame.” Y pienso que escucho las respuesta del Señor,
no enojado sino en benignidad “Oh hombre de poca fe,
¿por qué dudaste?”.
Si
puedo decir una palabra suave acerca de las amistades entre hermanos y
hermanas, con fin de buscar una ayuda idónea; recién he tenido varias preguntas
de ambos hermanos y hermanas sobre esta cuestión. Hay escrituras que nos pueden guiar acerca
del carácter de la persona que el Señor tiene por nosotros, pero no hay
cualquier versículo que le va a decir cual es la persona para usted. Sabemos que un creyente no puede casarse en
la voluntad de Dios con inconverso o inconversa. Pero hay otras preguntas que surgen, como si
se congrega la persona en otra congregación, y si sea alguien compatible. Por el momento solo digo esto, que a veces
somos como los once discípulos que no quisieron tomar el riesgo que tomó
Pedro. Pero era perdida por ellos, pues
no tuvieron la oportunidad de Pedro sentir la mano fuerte del Señor
sosteniéndolos sobre el agua como Pedro sintió.
Y si es que usted decide declararse a una señorita después de haber
orado al Señor para que le guíe, siempre hay la posibilidad de dolor. ¿Y si me rechaza?, se pregunta muchos. Mejor es, arriesgo decir, adelantarse con
confianza en el Señor, que quedarse en la barca con los demás.
Dios
mediante estaré en Santiago, Chile el domingo que viene, y Lima, Perú la semana
después. Voy a intentar de hacer
estudios cuando estoy de viajes, pero si no, saben por que. Estoy poniendo los estudios sobre Pedro aquí:
https://philsautoteacher.tripod.com/id25.html
Su
hermano solo por gracia, Felipe