David, terminando su vida
Léase por favor 1 Reyes 1
Queridos jóvenes y amigos,
“Y el rey juró, diciendo: Vive Jehová, que ha
redimido mi alma de toda angustia.”
Hemos
llegado al fin de nuestros estudios sobre la vida de David. Para mi es muy animoso leer este versículo en
nuestro capitulo, sabiendo que David dijo exactamente lo mismo en el principio
de su reino. 2 Samuel 4:9 “Y David
respondió á Rechâb y á su hermano Baana,
hijos de Rimmón Beerothita,
y díjoles: Vive Jehová que ha redimido mi alma de
toda angustia…” ¿Por qué me seria de
animo esto? Bueno, trato de
explicar. Las angustias que venían a
David en el principio de su vida eran principalmente cosas que le pasaban,
sobre en las cuales no tuvo responsabilidad personal. La envidia de Saúl, y sus asechanzas para
matarle; el pueblo que estaba listo a entregarle en mano de Saúl; las palabras
de Nabal, quien dijo David era simplemente uno que había huido de su amo; todas
estas angustias no eran resultados de sus elecciones, sino las de otros. En contraste, las angustias que le venían después
de ser rey, eran principalmente el gobierno de Dios sobre David por su
desobediencia. Sea en la muerte de su
hijo, nacido por Bath-sheba
o sea en la rebelión entre sus otros hijos y sus consecuencias, el sufrió la
disciplina de Jehová por haber comportado mal.
Pero de todos modos David pudo decir “Vive Jehová, que ha redimido mi
alma de toda angustia.”
¿No
podemos tomar grande consuelo de estas palabras, mis amigos? Quizás nos sentimos vencidos en nuestras
vidas, por fracasos de los cuales sabemos que somos responsables. En el antiguo testamento, libro de Levítico, había
ofrenda para el pecado de ignorancia, pero no había nada para el pecado hecho
con ojos abiertos. Pero nosotros sabemos
demasiado bien que hemos a veces cerrado nuestros ojos a la desobediencia,
haciendo lo que queremos sin meditar de las consecuencias y sin darnos cuenta
de que estamos desagradando al Señor.
¿Aun así podemos decir “me libró de toda angustia”? Yo creo que si, mis hermanos. Usted que ha desviado del Señor, sepa que hay
camino de regreso, aunque con dolor de corazón se da cuenta de que no era
inevitable este camino.
No
quiero que me entienda mal. Es cierto
que “Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también
segará.” Galatas 6:7
Pero, hemos visto en David huyendo de su hijo que el aceptó el gobierno
de Dios en su vida, y quiso aprender su lección. Así que, aunque no debemos imitar a David en
ciertos aspectos de su vida, si podemos tomar animo de este varón de Dios,
quien terminó su vida confiado en Jehová, igual como había empezado desde
joven.
¿Cuáles
eran las flaquezas de este hombre, a quien hemos estudiado ya por un año? No era buen padre, pues no corregía a sus
hijos. No controló sus deseos carnales,
pues codició y tomó la mujer de otro hombre.
Se dejó tentar por Satanás en su orgullo, tomando el numero
del pueblo sin ofrecer la redención por ello.
Pero en todos sus fracasos, David tornó su vista hacia aquel que le
había redimido, y encontró el amor, el apoyo, y el perdón que necesitaba. ¿Y como ha de ser menos así con nosotros, los
que conocemos a Jesucristo, el hijo de Dios, quien murió por nosotros? No puede ser menos, sino mucho mas nuestra
bendición, nuestros privilegios. ¡Que
andemos, mis amigos, según la llamada bendita con la cual hemos sido llamados!
Estamos meditando sobre hacer unos estudios en las siete fiestas de
Jehová. Agradezco sus oraciones en
cuanto a esto.
Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier