Pedro y las persecuciones
Léase por favor 1 Pedro 3:8-22
Queridos jóvenes y amigos,
“Y finalmente, sed todos de un mismo corazón, compasivos, amándoos
fraternalmente, misericordiosos, amigables.”
¡Que diferencia habrá en la asamblea de santos congregados al nombre del
Señor si siguiéramos estas amonestaciones de Pedro! Creo que hemos visto en la vida del mismo
Pedro estas cualidades y seguimos viendo aquí en sus cartas. La palabra “compasión” es muy importante,
porque a veces juzgamos nuestros hermanos con una falta de compasión, sin
ponernos en su situación. ¿Cuántas veces
en los evangelios nos dice que Cristo fue movido de compasión? O, amados hermanos, estamos en un mundo que
esta sufriendo por causa del pecado.
Hemos sido dejados aquí para reflejar la vida de Cristo a un mundo
perdido y sin esperanza, y también para mostrar tal afecto para nuestros
hermanos en Cristo. ¡Que el Señor nos
ayude que haya en nosotros lo que vemos en este versículo!
“¿Y
quién es aquel que os podrá dañar, si vosotros seguís el bien?” Este versículo parece ser una contradicción a
lo que viene después:
“Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois
bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis
turbados.” Me hace pensar de los tres amigos
de Daniel que hablaron a Nabucodonosor, el líder mas
poderoso que ha habido en todo la historia del hombre. “He aquí nuestro Dios á quien honramos, puede
librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh
rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la
estatua que has levantado.” Daniel
3:17,18. Los amigos declararon que Dios
sin duda iba a librarlos de la mano del rey, aunque no necesariamente que iban
a escapar el horno. Enfureció Nabucodonosor con estas palabras, pensando que el mismo era
más poderoso que Dios, pero tenia que aprender a su vergüenza que no era
cierto. Así que Pedro, conociendo que
los Judíos Cristianos estaban sufriendo bastante persecución, podía decir
“¿quien os podrá dañar?” Realmente no
iban a recibir daño ellos igual como los amigos de Daniel no podían recibir
daño de la mano del rey. El peor que
podía hacerles era enviarlos a la presencia del Señor. Y así pasó, pues ellos caminaban en el horno
con el hijo de Dios.
Quiero
terminar esta semana con una historia de mi juventud, que siempre recuerdo
cuando leo este versículo, “Porque también Cristo padeció una sola vez por los
pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.” Antes de casarme tuve un trabajo y había un señor
que trabajaba conmigo. Este señor se
interesaba bastante en la Biblia, aunque su entendimiento era muy poco. Una vez estábamos conversando sobre el hombre
y sus responsabilidades a Dios. El me
dijo que no pensaba que el había quebrado tantos mandamientos, refiriendo a los
diez mandamientos de la ley de Moises.
Yo le mostré los versículos en Santiago que dicen “Porque cualquiera que
hubiere guardado toda la ley, y ofendiere en un punto, es hecho culpado de
todos.” Me contestó bastante perturbado
“¡Esto no es justo!” Yo no sabia que
decirle, pero después de orar para sabiduría, el próximo día el Señor me dio
este versículo en Pedro “Cristo padeció….el justo por los injustos.” Le leí este versículo y le dije, “esto no era
justo tampoco.” Si hablamos de la
justicia, ¿Por qué Cristo ha de sufrir por nuestra culpa? ¿No debe de ser nosotros los que sufren? Claro que si, pero gloria a Dios, Cristo ha
tomado nuestro lugar, recibiendo el castigo que nosotros merecíamos. El señor quedó callado, reconociendo la
verdad de esto. Y aunque hace mucho he
perdido contacto con este hombre, tengo la esperanza de verlo en la gloria,
siendo que podía ver la obra del Espíritu de Dios en su corazón, aunque a mí
nunca me confesó el Señor como su salvador personal.
Su
hermano solo por gracia, Felipe Fournier