Pedro, compañerismo con Cristo
Léase por favor Marcos 1:23-39, 3:13-19, Lucas 6:12
Queridos jóvenes y amigos,
Hemos considerado como Pedro llegó a conocer a Cristo como un hombre santo,
con poder de llenar sus redes con peces.
Pero Pedro va a pasar más que tres años con este hombre, y va a aprender
mucho más. Queremos considerar como
Pedro aprendió algo del amor de este hombre, que no solo era hombre santo, sino
el Dios de amor, manifestado en cuerpo humano.
“Y
luego saliendo de la sinagoga, vinieron á casa de Simón y de Andrés, con Jacobo
y Juan. Y la suegra de Simón estaba
acostada con calentura; y le hablaron luego de ella.” Aprendemos varias cosas en estos dos
versículos. Quizás ya sabemos, pero creo
que aquí se nota que el trabajo de pescador no era muy rentable, pues Simón
Pedro, aunque era casado, compartía casa con su hermano y su suegra, y quizás
sus socios de trabajo también, aunque de esto no estoy seguro. Algunos han sugerido que uno no debe casarse
hasta que tenga suficiente para vivir independiente de su familia. Yo estoy de acuerdo que es preferible así,
pero no veo nada en la escritura que indica que esto sea una regla, y aquí
vemos que Pedro a lo mejor no podía vivir independiente de su hermano, y sin
duda su suegra era viuda y Pedro sentía la responsabilidad de ayudarla.
¿No es
admirable que ellos sabían donde ir con sus problemas? Se nos enseña que el evangelio de Marcos
habla de los eventos en el orden en que pasaron, más que los otros
evangelios. Por eso pensamos que esto pasó
al principio del ministerio de Jesús en este mundo, poco después de la llamada
de estos cuatro pescadores, que ya seguían a Cristo. Poco habían visto los cuatro de las
maravillas que Cristo podía hacer, pero saben que el se interesa en sus
familiares, y le dicen de la calentura que estaba pasando la suegra de
Pedro. Y se nota lo que hizo el Señor
“Entonces llegando él, la tomó de su mano y la levantó; y luego la dejó la
calentura, y les servía.” No era un
proceso, pues nosotros que hemos sufrido de calentura sabemos que siempre
cuando nos deja sentimos muy débiles.
Pero no era así con esta señora, pues Cristo la sanó para que estuviera
perfectamente bien. Notamos también que
la tomó de su mano. Esto notaremos por
todos los evangelios que este hombre santo era también hombre abierto y
tierno. No tenía miedo de contaminarse
por el toco de un enfermo hasta un leproso.
No tenia el este orgullo humano que se nota tanto en el mundo, sino una
humildad y ternura que atraía a los corazones.
¿Se nota en nosotros sus discípulos de hoy en día lo mismo?
Mencioné
el versículo en Lucas 6 donde nos dice esto “Y aconteció en aquellos días, que fué al monte á orar, y pasó la noche orando á Dios. Y como fué de día, llamó á sus discípulos, y escogió doce de
ellos, á los cuales también llamó apóstoles.”
¿Quién de nosotros ha pasado toda la noche orando? Yo nunca he hecho esto en toda mi vida, pero
vemos a Cristo como hombre dependiente.
Iba a escoger a sus discípulos, y esto incluso a Judas, que le iba a
entregar, y Pedro, quien le iba a negar.
Pero
una cosa muy linda que me gusta notar esta en Marcos 3:14 “Y estableció doce,
para que estuviesen con él, y para enviarlos á predicar.” ¿No es una cosa de suma bendición pensar que
Cristo primeramente llamó a sus discípulos para que estuviesen con el? O, querido lector, ¿entiende que este es el
deseo sobre todo que el Señor quiere? Lo
que anhelaba Jesús era este compañerismo con sus discípulos, compartiendo sus
pensamientos y pasando por sus tribulaciones.
Y es lo mismo hoy en día. Muchos
creen que Dios esta buscando servidores, pero no es así. Desde el jardín de Edén, lo que el Señor ha
buscado es comunión con su criatura.
¿Regocijemos nosotros su corazón hoy en día, teniendo este comunión con
el? ¿O somos demasiados preocupados con
las cosas de este mundo?
Su
hermano solo por gracia, Felipe Fournier