David en sus postreros años
Léase por favor 2 Samuel 20 y 21
Queridos jóvenes y amigos,
No
tengo mucha meditación sobre las cosas que acontecieron en los capítulos 20 y
21 de 2 Samuel pero quizás podemos tocar en breve algunas cosas. Primero, vemos que Joab
siguió como jefe sobre el ejército de David, a pesar del deseo de David para
frenarle y cambiar el liderazgo de su ejército.
Amasa era primo de Joab y pariente también de
David, y había obrado a favor de Absalom, algo que no
hubiera podido caminado en su favor, pero a pesar de esto, David dijo “Asimismo
diréis á Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y
así me añada, si no fueres general del ejército delante de mí para siempre, en
lugar de Joab.” 2 Samuel 19:13 Creo que vemos aquí el disgusto que David
sintió contra su capitán, pero le faltaba las fuerzas de quitarle de su
posición. Joab,
con mas audacia que había trabajado antes, mató a Amasa igual como había matado
a Abner hacia varios anos y por el mismo motivo. Notamos lo que dijo David después a Salomón
su hijo “Y ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo
de Sarvia, lo que hizo á dos generales del ejército
de Israel, á Abner hijo de Ner,
y á Amasa hijo de Jether, los cuales él mató,
derramando en paz la sangre de guerra, y poniendo la sangre de guerra en su
talabarte que tenía sobre sus lomos, y en sus zapatos que tenía en sus pies.” 1
Reyes 2:5
Creo
que la lección que podemos aprender aquí es esto, que en este mundo hay cosas
que no se van a arreglar. Quizás hay un
hermano en la asamblea que se acostumbra de hablar sin sabiduría. Quizás hay una hermana que se ofende
fácilmente. Quizás hay injusticias en la
escuela o en el trabajo que siguen año tras año. Estas cosas son difíciles de aguantar y puede
ser que pensemos el Señor debe arreglar estas cosas para que no sean así. Pero, hay que recordar que a veces las cosas
van a seguir así hasta que venga el Señor.
No digo que debemos ser simplemente resignados, sino que encomendando al
Señor estas desgracias, no rebelemos y esperemos en su sabiduría para con
nosotros y nuestras circunstancias. No
es que el Señor sea incapaz como David; mas bien, vivimos en un mundo manchado
con el pecado, y cada uno de nosotros todavía llevamos esta naturaleza de
pecado. Por eso vamos a sufrir en este
mundo hasta que seamos librados por el arrebatamiento.
Vemos
en capitulo 21 los resultados de los intentos de Saúl para corregir los errores
del pasado. En el libro de Josué vemos
como se equivocaron los Israelitas por no consultar en Jehová en cuanto a los Gabaonitas. “Y los
hombres de Israel tomaron de su provisión del camino, y no preguntaron á la
boca de Jehová…Mas todos los príncipes respondieron á toda la congregación:
Nosotros les hemos jurado por Jehová Dios de Israel; por tanto, ahora no les
podemos tocar.” Josué 9. En nuestro capitulo 21 leemos “Los Gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del residuo
de los Amorrheos, á los cuales los hijos de Israel
habían hecho juramento: mas Saúl había procurado matarlos con motivo de celo
por los hijos de Israel y de Judá.” ¿Qué es lo que vemos aquí? A veces en nuestras vidas desviamos de la
senda del Señor, y después nos arrepentimos.
Pero no siempre se puede corregir las cosas que hemos hecho. Un ejemplo puede ser un matrimonio con
inconverso. ¿Qué puede hacer el o la
creyente después? ¿Divorciarse? No, claro que no. Efectivamente esto es lo que Saúl intentaba
hacer, matando a los Gabaonitas, tratando de evitar
la larga disciplina que cayó sobre Israel por este descuido de hace tantos
años. Pero no era posible, y no agradó a
Jehová nada. Envió Jehová hambre en la
tierra como castigo de este hecho de Saúl.
Creo que aprendemos que siempre hay lugar de arrepentimiento para el
desviado, pero no necesariamente se puede evitar la cosecha de una vida
descuidada.
Si
quieren ver, en mi páquina web hay fotos de la boda
de Daniel Wold y Kane Paz,
Daniel un hermano gringo de Walla Walla
y Kane una hermana de la asamblea de Tijuana. https://philsautoteacher.tripod.com/ y haga clic donde dice “Fotos de la boda”.
Su
hermano solo por gracia, Felipe Fournier