Pedro, y el temor
de los hombres
Léase por favor
Gálatas 2
Queridos jóvenes
y amigos,
“Empero viniendo Pedro á Antioquía, le resistí en la cara, porque era de condenar. Porque
antes que viniesen unos de parte de Jacobo, comía con los Gentiles; mas después
que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la
circuncisión.” Nos es una sorpresa leer
estas palabras cuando la semana pasada leemos las palabras de verdad que dijo
Pedro. “Y ninguna diferencia hizo entre
nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones.” ¿Qué
pasó entre las dos circunstancias?
Por un lado, Pedro había dicho que no había nada de diferencia entre los
Gentiles y los Judíos.
Pero llegando después a Antioquia,
Pedro se retraía y apartaba de comer con los Gentiles.
Proverbios 29:25 nos dice “El
temor del hombre pondrá lazo: Mas el que confía en Jehová será levantado.” Pedro obviamente sabia que no había nada de
diferencia entre Judío y Gentil. Tenía miedo de un hermano muy influyente, que
era Jacobo. En vez de gobernar su vida
por la palabra de Dios, se gobernaba en este momento por el temor de un hombre,
Jacobo. Me parece a mí, leyendo el libro
de los Hechos, que Jacobo nunca fue librado del Judaísmo en todo, o por lo
menos pensaba el que los Judíos Cristianos deben seguir con ciertas cosas de la
ley. Reconoció que los Gentiles no eran gobernados
por la ley de Moises, siendo que ellos nunca estaban bajo ella, pero siguió
insistiendo que los Judíos Cristianos deben de continuar ciertas costumbres
judías. Sin duda era una tristeza que el
hermano no fue librado de tal cosa, pero peor, su mal entendimiento de la
palabra influía a otros. Hasta Pablo en
el capítulo 21 de los Hechos fue influido de entrar en el templo con varios
ritos judíos, lo que resultó en un desastre terrible para el apóstol. Y aquí vemos como su influencia causaba una
triste división entre los hermanos judíos y gentiles, pero no podemos soltar a
Pedro de su culpabilidad. El sabia mejor, y no debería haber sido influido por miedo
de Jacobo.
Tenemos en tal ejemplo varias
lecciones que podemos aprovechar. La
mala doctrina siempre causa división entre los hermanos, aunque muchos enseñan
lo contrario, diciendo que hay que sobrepasar la doctrina para que los hermanos
estén juntos. Pero lo que deseamos es la
unidad del Espíritu, siempre basada sobre obediencia a la escritura, y no
simplemente la unión de un grupo de hermanos que han decidido ignorar ciertas
cosas en la Biblia. Aprendemos también
que, aunque normalmente los hermanos mayores son de respetar y honrar, si
llevan doctrinas al contrario de la escritura, siempre es a la escritura que se
debe obedecer antes que a los hombres.
Hay algo más que noto en esta
circunstancia. Pablo habló fuerte a
Pedro por su simulación que había influido también al hermano tan amable,
Bernabé. “Mas cuando vi que no andaban
derechamente conforme á la verdad del evangelio, dije á Pedro delante de todos:
Si tú, siendo Judío, vives como los Gentiles y no como Judío, ¿por qué constriñes á los Gentiles á judaizar.” No dudo que Pedro estaba muy avergonzado de
recibir tal condenación ante los ojos de todos, y digo que normalmente es mejor
no reprender a nuestros hermanos en público si sea posible. Pero en este caso, Pedro había comportado
bien mal a los ojos y al dolor de los hermanos Gentiles, y era necesario
reprenderlo públicamente. Pero, ¿Qué
leemos en 2 Pedro 3:15? “Y tened por
salud la paciencia de nuestro Señor; como también nuestro amado hermano Pablo,
según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito también.” ¿Se nota las palabras? “¡Nuestro amado hermano Pablo!” En esto Pedro nos pone un ejemplo muy bueno. Siendo nosotros reprendido por nuestros
hermanos, debemos tomar la corrección tal como Pedro aquí, sin guardar
rencor. Parece que Pedro aceptó la
corrección con buena gana, y cambio su conducta según lo que Pablo le decía,
sin guardar resentimiento por haber sido reprendido públicamente.
Su hermano solo por gracia,
Felipe Fournier