Pedro, 15 días con Pablo
Léase por favor Hechos 9:1-31, Gálatas 1:11-19
Queridos jóvenes y amigos,
No tengo certeza de los años precisos cuando acontecieron las cosas de que
hablamos en este estudio, pues el libro de los Hechos donde hemos estado leyendo
de Pedro ya va cambiando para introducir el rechazamiento de Jesús resucitado y
el evangelio saliendo a los gentiles.
Por eso leemos de otros siervos como Esteban, Felipe, y Saulo de Tarso. Si
quieren seguir este hilo, vea los estudios en la página https://philsautoteacher.tripod.com/id25.html
donde se encuentra más sobre el libro de los Hechos. Pero siendo que nuestro tema es Pedro,
seguiremos meditando sobre la vida de este hombre ahora tan útil al Señor.
Tenemos
que leer en el libro de Gálatas para conocer esta historia, y aun allí hay muy
poca información. “Después, pasados tres años, fuí á
Jerusalén á ver á Pedro, y estuve con él quince días.” Pero vemos que había una dulce comunión entre
estos dos hermanos tan distinguidos en el libro de los Hechos. Leemos mas en el capítulo dos de Gálatas
“como vieron que el evangelio de la incircuncisión me
era encargado, como á Pedro el de la circuncisión, (Porque el que hizo por
Pedro para el apostolado de la circuncisión, hizo también por mí para con los
Gentiles;)”. Vemos que había una
diferencia en el ministerio de estos dos.
Después de estos 15 días que pasaron juntos, según lo que vemos en la
escritura, había muy poco tratamiento entre los dos. Pero cada uno tenia su trabajo para el Señor
y cada un apreciaba el otro. Y así debe
de ser. ¿Vemos a un hermano sirviendo al
Señor según su capacidad y quizás nosotros no estamos incluidos en este
servicio? Debemos regocijar por lo que
Dios obra por otros, y simplemente buscar como apoyarlos en oración, buscando
el servicio que Dios tenga por nosotros mismos.
Me
parece que en la escritura vemos el servicio bastante diferente que la
adoración. La adoración, aunque claro
que puede ser individual, normalmente vemos en la escritura que es corporal, o
sea, en asamblea de los santos, como por ejemplo cuando nos reunimos en el día
del Señor para recordarle en su muerte.
Esto no hacemos individualmente, sino “sigue la justicia, la fe, la
caridad, la paz, con los que invocan al Señor de puro corazón.” 2 Timoteo 2:22. Pero el servicio es otra cosa, Dios dando a
cada cual su propio esfera de servicio, como leemos en Marcos 13:34 “Como el
hombre que partiéndose lejos, dejó su casa, y dió
facultad á sus siervos, y á cada uno su obra.”
No quiero decir que no es bonito cuando hay una comunión de la asamblea
haciendo algo juntos. El año pasado salí
con los hermanos de Tijuana para repartir calendarios en la ciudad de
Tecate. Fue un tiempo lindo y animoso, y
participaron varios de la asamblea. Pero
si uno de los hermanos quiere salir solo para hacer lo mismo, no debemos de
criticarlo por hacer algo que el Señor ha puesto en su mano.
Vemos
algo triste entre estos dos hermanos, Pedro y Pablo, en Gálatas 2. “Empero viniendo Pedro á Antioquía,
le resistí en la cara, porque era de condenar.
Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, comía con los
Gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de
los que eran de la circuncisión.” Tenemos
que decir que Pedro se equivocó grandemente aquí, en cierto sentido cayendo en
la trampa anterior cuando negó al Señor por temor de los hombres. Igualmente aquí era temor de sus hermanos y
sus pensamientos sobre su conducta, su conducta que en este caso era algo
bueno, mostrando la unidad del cuerpo de Cristo y comiendo con los gentiles
cristianos. Pero por temor de la mala
opinión de los judíos cristianos que todavía hacían diferencia entre cristianos
Judíos y cristianos Gentiles, Pedro cae en una trampa. Pablo no se puso indiferente a esta maldad,
sino reprobó en palabras fuertes a Pedro.
“Si tú, siendo Judío, vives como los Gentiles y no como Judío, ¿por qué
constriñes á los Gentiles á judaizar?”
Pero
no quiero terminar con esto. Leemos las
palabras de Pedro casi al fin de su vida en 2 Pedro 3:15 “Y tened por salud la
paciencia de nuestro Señor; como también nuestro amado hermano Pablo, según la
sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito también.” ¡Nuestro amado hermano Pablo! ¿Hubo rencor en el corazón de Pedro por haber
sido corregido por Pablo? Creo que no
había nada de rencor y aceptó la reprensión como algo merecido y necesario y
aprendió la lección. Ojala que nosotros
tengamos el mismo ánimo cuando nuestros hermanos nos corrigen.
Su
hermano solo por gracia, Felipe Fournier