David, triunfante
afuera, cayendo adentro
Léase por favor
2 Samuel 10-11
Queridos jóvenes
y amigos,
En verdad es una
triste llegar a leer de la caída de David, después de leer de tanta gracia que
mostró a Mephi-boseth. Pero la escritura no dibuja ilustración del
hombre como los dibujos humanos, biografías que siempre enfocan en todo lo
bueno que se puede encontrar. Más bien,
la Biblia nos dice la pura verdad, tal como es.
En el capitulo 10
leemos de las victorias de David por medio de su general capaz, Joab. Jehová le dio
la victoria sobre los Ammonitas, los cuales
despreciaron su mensaje de consolación por la muerte del rey de Ammon. Ellos
maltrataron los mensajeros de David, llamándolos espías, insultándoles cortando
sus barbas y su ropa. No había porque
hacer esto, pero así es el mundo y es reflexión de la maldad que hay en el corazón
humano, esta naturaleza de Adán que cada uno de nosotros tenemos. Bueno, resultó una batalla y David ganó la
victoria sobre varias naciones, incluyendo los Ammonitas
y los Sirios.
Quizás fue por
orgullo de corazón que la siguiente vez, cuando hubo batallo, David se quedó en
casa. Quizás se había cansado de la
guerra, pues toda su vida había sido una lucha, empezando con el peleo con
Goliat hasta este día. Nosotros a veces también
desmayamos de la batalla. A noche fuimos
a comer en la casa de mi padre donde juntaron varios hermanos, y un hermano
vino de otra asamblea que queda unas dos horas de Hemet,
donde nosotros estamos en comunión.
Bueno, el hermano estaba contando de cantidad de hermanos en la asamblea
que han cansado. Antes venían fielmente
a los reuniones, pero ahora aparecen tal vez una vez al mes, o quizás
menos. La batalla los ha hecho
cansados. Hay muchas distracciones,
como el trabajo, luchas económicas, distracciones de familiares inconversos o
desviados, y quien sabe que mas. Resulto
que muchas veces en los estudios Bíblicos aparecen unos viejitos, unas viudas,
y bien pocos de menos de sesenta años de edad.
Bueno, no es para mí criticar a otros, sino de hacernos ejemplo de la
ventaja que busca Satanás cuando es así.
David faltaba de la batalla, pero no faltaba la tentación para buscarle
donde estaba, justo en el techo de su casa.
Primeramente los
ojos de David fueron distraídos por la gran belleza de la mujer bañándose, sin
duda desnuda. Podemos decir que era un
descuido de parte de Bathsheba y es una advertencia a
las jóvenes señoritas de tener cuidado con su manera de vestirse. Pero David dejó que la tentación le llevaba
mucho más allá. Pero hay que notar que
el primer paso tomó cuando abandonó la batalla.
Después, la tentación de los ojos, que no frenó. Entonces, la maldad empezó con la semilla en
su corazón de avaricia para la esposa de uno de sus soldados más fieles. Y porque era rey, podía llevar al cabo su
deseo lascivia de tenerla en su cama. Y
la triste historia sigue. Primeramente
adulterio, después con ganas de cubrir su pecado, homicida. Sin duda David no pensaba que iba a llegar a
tal extremo su pecado cuando recién empezó a dejar desviar sus ojos. Pero un pecado le condujo a otro, por fin
llegando a algo muy terrible.
¿Quién hubiera
pensado que el hombre cuyo corazón estaba aferrado a Jehová, quien había pasado
por tanta tribulación y quedado fiel, hubiera caído en manera semejante? Seguro que el hubiera negado que fuera
posible, si alguien le había dicho antes “David, ¿sabes que vas a hacer?” Así que de profundizar la maldad que hay en
nuestros corazones no es posible; solo nos queda de mantenernos cerca de
nuestro Señor Jesús y no dar lugar al primer paso de la tentación. No hay lugar de jubilación en esta
batalla. No podemos descansarnos en la
casa, como hizo David. El enemigo es más
astuto que nosotros. Tiene mucha
experiencia en la tentación de la raza humana, y conoce las tendencias y
debilidades de nosotros. Claro que no
conoce nuestro pensamientos como Dios, pero si nos observa y busca manera de
ponernos trampa y ocasión de caernos.
¿Cuál es el camino de evitar tal
caída como David? Creo que es muy
importante la piedad personal. El leer
la palabra cada uno por si mismo, y orar al Señor diariamente, confesando
nuestros pecados a nuestro Jesús, y buscando su presencia individualmente. También es muy importante “No dejando nuestra
congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca.” Hebreos 10:25.
¡O queridos jóvenes, había gran
precio que David tuvo que pagar por su descuido! La muerte de cuatro hijos y gran tristeza
resultó en su vida por el gobierno de Dios, aunque había perdón por su
pecado. Así que, tengamos cuidado de no
jugar con el fuego, que nos puede quemar y dejar sus feas cicatrices. El Señor nos quiere guardar en su amor de tal
extremo.
Su hermano solo por gracia,
Felipe