Pedro
predicando a los judíos
Léase por
favor Hechos 2
Queridos
jóvenes y amigos,
Volvemos al
estudio de nuestro tema Pedro después de varias semanas. En el capitulo
dos vemos la predicación de Pedro a las multitudes que habían venido a
Jerusalén de varias naciones, y como mencionamos en el ultimo estudio, varios
hermanos hablaron en idiomas tal que los oyentes podían entender, así cambiando
la maldición de la torre de Babel por este tiempo. Recién nos visitó un
hermano de Walla Walla,
Washington que había visitado a Japón, viajando a varias asambleas pequeñas de
hermanos congregados al nombre del Señor, junto con su esposa. Me era
impresionante que el hermano gozó mucho de la visita,
a pesar de la pared de poca comunicación con palabras. Hay una comunión
entre hermanos en Cristo que el mundo no puede entender, una comunión mas
profundo que un nivel de palabras, que supere la maldición de Babel. Pero
también damos gracia al Señor cuando hay posibilidad de aprender otro idioma y
así comunicar con palabras.
La predicación
de Pedro forma un modelo que quizás puede ayudar a jóvenes que se interesan en
predicar públicamente. Se nota que era bastante breve su sermón.
Habló de la muerte de Cristo y también de la resurrección, dando bastante
énfasis a la importancia de que la muerte no pudo guardar a Jesús en la
tumba. Citó las escrituras como la base de su mensaje, algo muy
importante para cualquier predicador, pues es la palabra de Dios que el
Espíritu de Dios usa para revivir las almas muertas en pecado. Habló de
la culpabilidad de los judíos de haber rechazado y crucificado el enviado de
Dios, su Cristo, o en otras palabras, su Mesías. Por fin declaró “Sepa
pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que á
éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo.”
Los judíos escuchando este mensaje
fueron “compungidos de corazón” que indica que había una verdadera
arrepentimiento por sus hechos. Esto se nota muy diferente de los
individuos notados en la parábola de Jesús de las semillas y el
sembrador. Los individuos que recibieron la palabra con gozo, no duraron,
siendo sin raíces. Así que el arrepentimiento es algo doloroso, y no
produce al principio gozo sino tristeza. Pero después de conocer a Cristo
y recibir el perdón de estos pecados dolorosos, ya el pecador arrepentido
recibe el fruto del Espíritu, entre los cuales es el gozo.
Para terminar esta semana, notamos
la respuesta de Pedro a la pregunta de los judíos arrepentidos “Varones
hermanos, ¿qué haremos?” Dijo Pedro “Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el
don del Espíritu Santo.” El bautismo era necesario para salvarles de la
condenación de la nación de Israel, separándolos de los demás que no arrepintieron
de haber crucificado a su Mesías. El bautismo los identificaba
directamente con el Señor Jesucristo, el hombre que Dios había hecho Señor y
Cristo. Los demás iban a caer bajo el juicio de Dios. Esto no
indica que el bautismo sea necesario para la salvación de almas hoy en
DIA. El bautismo es para la vida en la tierra, identificándonos como
seguidores de Cristo en una forma exterior. No tiene nada que ver con el
cielo.
Esta mañana escuchamos de nuestro
hijo que ha regresado de su luna de miel. Se escucha muy contento y damos
gracias a todos que han orado para nuestro hijo por los anos difíciles.
¡El Señor es bueno!
Su hermano solo por gracia, Felipe
Fournier