Pedro restaurado particularmente
Léase por favor Marcos 16:1-13, Lucas 24:31-35, Juan
20:1-20
Queridos jóvenes y amigos,
Esta semana queremos volver al tema de Pedro, pues la
semana pasada lo dejamos llorando sobre su pecado de haber negado al Señor Jesús. Otra vez para entender la historia, es
necesario que leamos en tres de los cuatro evangelios. La escritura nos deja en ignorancia en cuanto
lo que Pedro hizo en el día del sábado cuando el Señor Jesús, a quien había
negado, yacía en la tumba. Podemos
imaginar que pasó el día en amargo dolor, pues en verdad ni uno de los
discípulos habían entendido al Señor cuando les habló de antemano de su
resurrección. Pero, si sabemos que,
cuando llegaron las noticias de la tumba vacía a Pedro y Juan, los pies de
Pedro eran un poco más pesados que los de Juan, y llegó mas tarde al
sepulcro. Creo que era su consciencia
que le impedía, no porque Juan era más joven o más fuerte que Pedro. Y podemos decir que una mala conciencia nos
afecta en varias formas y tal que nuestros hermanos puedan notar.
Hay algo de mucho ánimo en el libro de Marcos, que no
se nota en los otros evangelios. “Más él
les dice: No os asustéis: buscáis á Jesús Nazareno, el que fué crucificado;
resucitado há, no está aquí; he aquí el lugar en donde le pusieron. Mas id, decid á sus discípulos y á Pedro, que
él va antes que vosotros á Galilea: allí le veréis, como os dijo.” ¿No le parece interesante que el ángel,
anunciando las noticias de la resurrección de Cristo a las mujeres fieles, dijo
“sus discípulos y Pedro”? ¿Por qué había
de mencionar a Pedro específicamente?
Sugiero que acaso era porque Pedro pueda pensar que ya no se incluía
entre los discípulos. En su dolor de
corazón, si el ángel hubiera dicho “decid a sus discípulos que el va antes que
vosotros”, Pedro hubiera pensado “a mi no me puede incluir entre sus discípulos
ahora, siendo que dije con maldiciones que yo no era.” Pero no, el ángel
mencionó a Pedro por nombre, quitando toda duda que aun así el Señor le amaba,
y le incluía entre sus discípulos. ¡Que
gracia inmenso, que amor infinito! ¡O
bendito Salvador, haznos más fieles a ti!
Acerca
de esta reunión privado entre el Señor Jesús y Pedro, no sabemos casi
nada. Solo se nota las palabras del
grupo reunido en Lucas 24 verso 33 y 34 “hallaron á los once reunidos, y á los que
estaban con ellos que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha
aparecido á Simón.” ¿Cuáles eran las
palabras que pasaron entre Cristo y su discípulo avergonzado y
arrepentido? El Espíritu ha visto bien
ocultar esta escena de nuestros ojos. Y
así es, cuando caímos tiene que haber esta acercamiento al Señor en privado
para confesar nuestro fracaso y buscar su voz y su trabajo en nuestras almas
para restaurarnos a comunión con el. “Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros
pecados, y nos limpie de toda maldad.” 1
Juan 1:9
La
semana que viene, esperamos (Dios mediante) considerar la restauración en
publico de Pedro, pues públicamente había negado al Señor y públicamente debe
de ser restaurado. Puede ser que el
Señor venga antes, lo que seria mucho mejor.
Su
hermano solo por gracia, Felipe Fournier