David, lamentando la muerte de Saúl y Jonathan
Léase por favor 2 Samuel 1
Queridos jóvenes y amigos,
En
este capitulo leemos algo que revela el carácter de David. Es algo maravilloso pensar como David,
después de años de persecución por Saúl, no quiso su muerte, y en verdad lamentó
su triste fin. Pero antes que esto,
vemos algo interesante en cuanto a la mentira.
Vemos en Colosenses 3:9 “No
mintáis los unos á los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus
hechos.” También, en Efesios 4:25 “Por
lo cual, dejada la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos
miembros los unos de los otros.” En
Colosenses, vemos que la mentira es del viejo hombre. En Efesios vemos que la mentira hace daño a
otros creyentes, miembros del cuerpo de Cristo.
En nuestro capitulo, un Amalecita usó la mentira con la esperanza que le
iba a dar algo bueno. Llegó al
campamento de David con noticias (que si eran ciertas) de la muerte de Saúl y
Jonathan. Trajo como prueba la corona de
Saúl. Pero, vino con palabras
mentirosas, pensando que David le iba a premiar por haber matado a su
enemigo. El resultado era todo
inesperado. David no estaba contento ni
con su historia ni con sus hechos y le mató por su confesión (que no era
cierto) de haber matado al rey de Israel. “Díjole
David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de
Jehová? Y David le dijo: Tu sangre sea
sobre tu cabeza, pues que tu boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al
ungido de Jehová.”
O
queridos hermanos, la mentira es una cosa muy engañosa. A veces la mentira parece ser algo de
beneficio, como aquí en este capitulo. Quizás
sea para salvarnos de vergüenza, quizás por evitar alguna desgracia, o quizás,
como en nuestro capitulo, con fin de lograr alabanza o premio que no nos toca
en verdad. El mundo muchas veces no toma
en serio la verdad. Si la mentira parece
hacer su vida más fácil, echan la mentira sin reservaciones. Pero no debe de ser así entre los que aman al
Señor Jesús. Este joven pagó con su vida
por su mentira. Cuidado, mis amigos, con
la verdad.
Vemos
la lamentación verdadera de David y sus compañeros en este capitulo. Parece casi increíble que David pudo elogiar
a Saúl de esta manera, conociendo todo lo malo que había hecho Saúl en su vida.
Pero, ¡que buen ejemplo por nosotros
notamos en la actitud y palabras de David en cuanto a uno considerado como
enemigo! Primero me gusta notar que no
quiso David que fuera proclamado entre los inconversos. “No lo denunciéis en Gath,
No deis las nuevas en las plazas de Ascalón; Porque
no se alegren las hijas de los Filisteos, porque no salten de gozo las hijas de
los incircuncisos.”
Veo
muy importante esto, que no proclamamos, por ejemplo, las faltas de nuestros
hermanos entre los inconversos. Si sea posible,
mejor no proclamarlas en cualquier sitio menos en oración privada. No digo que siempre pretendamos que todo este
bien; simplemente vemos aquí en la actitud de David una verdadera lamentación
sobre el mal que había venido sobre Israel y sobre la familia de Saúl, a pesar
de todo lo que había sufrido antes. No había
rencor ninguno en su corazón. Este es el
ejemplo que pienso yo nos es enseñado en Efesios 4:31-32 “Toda amargura, y
enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia:
Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdónandoos
los unos á los otros, como también Dios os perdonó en Cristo.” David no pudo saber como Dios perdonó en
Cristo. Somos mucho mas responsables
nosotros de cumplir este versículo.
Con
mucho amor en Cristo, su hermano solo por gracia, Felipe Fournier