David: El rey ungido
Léase por favor 1 Samuel 16: 1-13
Queridos jóvenes y amigos,
Somos
introducidos a este hombre, quien llegó a ser prototipo de Cristo, haciendo su
trabajo sin que nadie se daba cuenta de quien era. Me hace pensar del versículo 2 de Isaías 53
“Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay
parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le
deseemos.” Samuel había venido a la
familia de Isaí para ungir rey sobre Israel, siendo que el rey Saúl, escogido
por el pueblo, había sido rechazado por Dios por su desobediencia. Samuel era un profeta, un hombre fiel a
Jehová y fiel a su pueblo Israel. Pero a
veces todos nosotros somos culpables de hacer como Samuel; es decir, juzgar las
cosas por la vista de nuestros ojos naturales.
Y así hizo Samuel, viendo al mayor de los hijos de Isaí, Eliab, diciendo
“De cierto delante de Jehová está su ungido.”
Pero Samuel estaba equivocado, pues Jehová le dijo “No mires á su
parecer, ni á lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová
mira no lo que el hombre mira; pues que el hombre mira lo que está delante de
sus ojos, mas Jehová mira el corazón.”
(No es
dentro nuestra capacidad mirar al corazón ni tampoco de conocer los motivos de
otros. Somos limitados como era Samuel
pues la escritura nos dice en Mateo 7 “Por sus frutos los conoceréis.” Es muy difícil por el ser humano no juzgar
motivos por ver los frutos, pero muchas veces es necesario. Solo Dios conoce el corazón y mira al
corazón. Fuera bueno por nosotros como
hermanos en Cristo seguir la escritura que dice “El amor…no piensa el mal” 1
Corintios 13:5)
Volviendo
a nuestro sujeto, Isaí ni siquiera había pensado de David, su hijo menor. Habiendo pasado todos sus hijos delante de
Samuel, menos David, tenia que confesar que hay otro, pero el esta cuidando a
sus ovejas. ¡Que sea así con
nosotros! Humildemente David estaba
haciendo su trabajo, quizás escribiendo sus salmos como el Salmo 23 “Jehová es
mi pastor, nada me faltará” cuando el llamamiento de Dios lo sacó de esta
escena de tranquilidad y lo hizo el precursor de Cristo. Quizás nosotros pensaremos que somos inútiles
para la obra del Señor. Pero debemos seguir
como David humildemente en lo que tenemos, esperando el día en que el Señor
quizás tendrá gran obra por nosotros.
Una
cosa más quiero compartir que nos enseñó el hermano Ángel Domínguez de nuestra
asamblea de Hemet, algo que me alegró mucho.
“Y dijo Samuel á Isaí: Envía por él, porque no nos asentaremos á la mesa
hasta que él venga aquí.” ¿Cómo es con
nosotros? ¿Nos interesa si la mesa donde
nosotros comemos la santa cena, sea la mesa donde esta nuestro David, o sea, el
Señor Jesucristo? ¿O esta bien que sea
cualquier mesa? ¡Que sea así con
nosotros, que digamos también “porque no nos asentaremos á la mesa hasta que él
venga aquí!” Como esta escrito en Mateo
18:20 “Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en
medio de ellos.”
Su
hermano solo por gracia, Felipe Fournier