Dispensaciones:
La nación de Israel se pone bajo la ley
Léase Éxodo
19
Queridos
jóvenes y amigos,
Hemos leído
y meditado sobre la gracia abundando para una nación rebelde y quejona. Ahora Jehová ofrece a Israel un cambio, pero
no sin una sugerencia de cómo la gracia les había apoyado hasta este momento.
Refiero a verso 4 “Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo
os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí”. Todo era la obra de Jehová a favor del
pueblo. Este es el terreno de la gracia
sobre el cual que usted y yo ahora estamos.
No hay nada para nuestro orgullo en este terreno, pero es terreno de
seguridad y bendición. ¡Pobre de Israel,
con sus palabras de confianza en si mismo! “Y todo el pueblo respondió a una, y
dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos”.
Vemos un cambio de una vez en el verso 9 “Entonces
Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa”. Bajo la dispensación de ley, siempre había
distancia entre el pueblo y Jehová. Y no
es nada diferente por nosotros hoy en día.
Si nos ponemos bajo la ley, vamos a experimentar lo mismo; vamos a notar
que Dios esta lejos de nosotros, porque siempre somos un fracaso. Pero por medio de la gracia, tenemos gran acercamiento. “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono
de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro” Hebreos 4:16
¿Algo mas notamos
en el verso 10 en cuanto al cambio de posición de Israel: “Y Jehová dijo a
Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y
estén preparados para el día tercero”.
Ya era responsabilidad de ellos mismo lavarse y prepararse para la
presencia de Dios. Me hace pensar de la
historia de un señor que vino a hablar con un hermano después de la predicación
del evangelio y le dijo así “no me gusta que usted siempre hable de Cristo como
substituto. Usted debe hablar de Cristo
como nuestro ejemplo.” El predicador
abrió su Biblia a 1 Pedro 2 y le leyó así “porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual
no hizo pecado”. Hizo la pregunta al
hombre “¿usted puede seguir al Señor Jesús en el primer paso, el cual no hizo
pecado? Por supuesto el hombre tenia que confesar que no pudo. Entonces, dijo el predicador, usted necesita
a Cristo primeramente como substituto y no como ejemplo.
El contraste por nosotros es 1 Juan 1:7 donde leemos
“la sangre de Jesucristo, su hijo, nos limpia de todo pecado”. Dijo Jehová a Israel por boca de Jeremías
“Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado
permanecerá aún delante de mí, dijo Jehová el Señor” Jeremías 2:22. Israel, por medio de la ley, nunca iba a
poder lavarse, o sea, hacerse aceptable a Dios por medio de sus propias
obras. Y así nosotros hoy en día, solo
podemos confiar y descansar en la obra de otro, la obra redentora de Cristo en
la cruz y su sangre que nos limpia de todo pecado. Y la misma gracia que nos salvó es la gracia
que nos mantiene cada día en la senda de Dios.
¡Que regocijamos cada día en esta gracia!
Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier