David, mostrando el carácter de un Cristiano
Léase por favor 1 Samuel 24, Salmo 54
Queridos jóvenes y amigos,
La lección en este capitulo es tan obvio que casi me
parece que no sea necesario que yo diga nada.
Vemos en nuestro capitulo David, caminando como si fuera Cristiano,
aunque sabemos que no era, siendo que era santo del antiguo testamento, antes
que Cristo. Pero sabemos que el era,
como todo santo en toda edad, renacido con nueva vida, y esta vida es la vida
de Cristo. David tenía toda posibilidad
de vengarse de Saúl en esta ocasión y sus propios siervos le sugerían que se
vengara de Saúl. Vemos a David
cumpliendo las palabras de Romanos 12 “No paguéis á nadie mal por mal; procurad
lo bueno delante de todos los hombres. Si se puede hacer, cuanto está en
vosotros, tened paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos,
amados míos; antes dad lugar á la ira; porque escrito está: Mía es la venganza:
yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu
enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber: que
haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.” Vemos en David un corazón tierno para con su
enemigo Saúl, y una humildad en cuanto a si mismo. Estaba listo de confesarse “un perro muerto,
una pulga.” ¡Ojala que nosotros,
viviendo en la edad cristiana, seamos semejantes en nuestros tratos con
nuestros hermanos y también con los inconversos con quienes tenemos contacto!
Pedí que leyeren Salmo 54 porque nos enseña los pensamientos del corazón de
David en esta ocasión, aunque en nuestro capitulo de 1 Samuel 24, solo leemos
de sus hechos y sus palabras. Sus
palabras, que en verdad forman una oración a Jehová, nos dicen que era Judío
del antiguo testamento “El volverá el mal á mis enemigos: Córtalos por tu
verdad.” Estas palabras no pertenecen a
un creyente en el día de gracia, que nunca busca la destrucción de cualquier
persona aunque fuera enemigo. Pero de
todos modos vemos como David no pensaba vengarse de si mismo, aunque tantos
querían entregarle en manos de Saúl. Más
bien, confiaba en Jehová “He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor es con los
que sostienen mi vida.”
¿Quién hubiera creído que este hombre Saúl, que lloraba, confesaba, y
hablaba como uno verdaderamente arrepentido hubiera podido volver a perseguir a
David? Pero así era, como vamos a ver
siguiendo nuestro estudio, Dios mediante.
Fue impresionante las palabras y expresiones de Saúl aquí; “Porque
¿quién hallará á su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? Jehová te pague con
bien por lo que en este día has hecho conmigo. Y ahora, como yo entiendo que tú
has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y
estable.” ¡Que confesión de Saúl! Pero, a pesar de todo, su corazón no había
cambiado. Solo la gracia de Dios, dando
a un pecador un corazón nuevo, puede cambiarle a uno de verdad. Desgraciadamente, eso no pasó con Saúl. Es ilustración de tantos en el mundo. Escuchan el evangelio, lloran, se confiesan
malos, pero no llegan al punto de aceptar la salvación por medio de Jesucristo. ¡Ojala que ninguno de mis oyentes esté en
semejante condición!
Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier