Daniel y su profecía
Léase por favor Daniel 9:20-27
Queridos jóvenes y amigos,
Tengo que confesar que no soy muy alumno de la profecía. Hay muchos que son más capaces que yo para
desarrollar las profecías que abundan en el libro de Daniel. Pero vamos a intentar hacer un bosquejo de lo
que encontramos en el capítulo 9 y con eso vamos a terminar nuestro estudio de
la vida de Daniel.
“Aun estaba hablando en oración, y aquel varón Gabriel, al cual había visto
en visión al principio, volando con presteza, me tocó como á la hora del
sacrificio de la tarde.” Vemos aquí como
los ángeles sirven a Dios como mensajeros y se menciona a menudo a Gabriel, y
de eso concluimos que el es uno de los ángeles principales. Pero lo que me interesa es la expresión al
fin del versículo “a la hora del sacrificio de la tarde.” Daniel no se dio cuenta de esto, pero para
nosotros, nos alegra el corazón darnos cuenta de que toda la bendición que ha
habido desde Adán hasta el ultimo se funda sobre la obra de Cristo, consumado en
la cruz. Claro que el sacrificio de la
tarde era una sombra, nada más, y pienso que este sacrificio tenía muchos años
sin sacrificarse, pero de todos modos, en la mente de Daniel, era “la hora del
sacrificio.”
El ángel vino para decirle a Daniel algo mucho más profundo y extenso de lo
que Daniel estaba orando. Daniel en sus
pensamientos había meditado sobre la palabra de Dios sobre la restauración de
Israel a su tierra. Pero Dios en sus
consejos le iba a revelar mucho más, hasta algo futuro que no ha sucedido
todavía. “Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para acabar la
prevaricación, y concluir el pecado, y expiar la iniquidad; y para traer la
justicia de los siglos, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de
los santos. Sepas pues y entiendas, que
desde la salida de la palabra para restaurar y edificar á Jerusalén hasta el
Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; tornaráse á edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos.”
Vamos a intentar hacer una explicación de los años que se describe arriba
en la profecía. Se entiende que una
“semana” no refiere a siete días sino siete años.
Primero, el mandamiento para restaurar y edificar a Jerusalén fue por el
rey Cirio, del cual leemos en Esdras 1.
“Y en el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la
palabra de Jehová por boca de Jeremías, excitó Jehová el espíritu de Ciro rey
de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y también por escrito,
diciendo… ¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo? Sea Dios con él, y suba
á Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa á Jehová Dios de Israel, (él
es el Dios,) la cual está en Jerusalén.”
Este mandamiento se hizo Cirio en ………………… 455 BC
Tiempo para construir el templo (siete semanas)…… 49 años
Sesenta y dos semanas hasta la muerte del Mesías …434
Sumando los 49 años con los 434 años nos da 483 años
-455 (el año del edicto)
28 AD
Un año para ajustar del cambio de BC a AD 1
Nos da la fecha de la crucifixión de Cristo 29 AD
Todo profetizado en el libro de Daniel de antemano, con exactitud. La traducción correcta del verso 26 es así “…se quitará la vida al Mesías, y no tendrá
nada.” Eso quiere decir que el Mesías no
iba a reinar de una vez, sino iba a ver un periodo, no explicado en el libro de
Daniel, que nosotros conocemos como el día de la gracia.
Pero son 69 semanas y el ángel dijo “Setenta semanas están
determinados.” Falta una semana todavía,
pues desde la resurrección de Cristo, ha empezado otra dispensación que en el
antiguo testamento era un “misterio.”
Nosotros vivimos en las últimas horas de esta dispensación de gracia, y
muy pronto, después de la venida del Señor Jesús para los suyos, va a empezar
esta setenta semana de Daniel. De eso se trata el libro de Apocalipsis,
muchas profecías del Señor Jesús en los evangelios de Mateo, Marco, y Lucas,
algo de los Salmos, y el mismo libro de Daniel.
En la setenta semana de Daniel, Dios esta obrando con la nación de
Israel con el fin de que se arrepientan de su pecado de haber rechazado a su
Mesías, y también con el cristiandad profesante, que aunque no habrá NINGÚN
creyente entre ellos (pues todos los verdaderos han apartado en el
arrebatamiento) continuaran jugando “iglesia” como los niños juegan casa. Este es la gran ramera de que se habla en el
libro de Apocalipsis, y será también juzgado por Dios.
Dios nos ha prevenido de lo que ha de venir en el futuro, y aunque no
estaremos aquí en el mundo cuando estas cosas pasan, nos debe interesar pues
tienen que ver con la gloria de Cristo.
Quiero terminar nuestro estudio de la vida de este hombre de Dios tan
sincero y piadoso con una observación del verso 23, en la versión 1960. “yo he venido para enseñártela, porque tú
eres muy amado.” Creo que aquí vemos el
secreto de la vida piadosa de Daniel; una profunda apreciación para el amor de
Dios. La ley decía “Amaras a Dios con
todo tu corazón” pero lo que sostuvo Daniel en su senda de obediencia era el
entendimiento del amor de Dios para el, y no su amor para Dios. Y así va a ser con nosotros. Una apreciación del amor de Dios por nosotros
nos va a librar de la tentación y mundanalidad para ser siervos útiles para
nuestro amo, no de deber, sino de agradecimiento.
Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier