Hechos 17
Queridos jóvenes y
oyentes,
Este capitulo esta lleno de cosas bien
interesantes. Esta vez solo vamos a
meditar dos puntos que recién se me ocurrieron. Estoy pensando del hombre llamado Jasón. Este hombre, quizás un joven, no sabemos,
pero vinieron dos hombres desconocidos a su ciudad y empezaron a predicar
doctrina simple, pero maravillosa a la vez; Cristo sufriendo, muerto, y resucitado. Jasón escuchó estas palabras y entraron en su
corazón, tanto que quería hospedar tales hombres en su casa. Pero, ¡que precio tuvo que pagar por haberse identificado
con el nombre de Cristo! Así que
nosotros, si nos identificamos con Cristo, vamos a pagar cierto precio, aunque
no sea persecución como sufrió Jasón.
Recuerdo la historia de un joven que fue obligado irse con el ejército
armada de su país. Estuvo largo tiempo
con muchos hombres impíos. Cuando regresó,
un hermano le dijo “¿No te fue difícil sufrir por el nombre de Cristo con tales
hombres?” El joven, desgraciadamente, contestó
así “No, no fue difícil porque nadie lo supo.” Que perdida, ¿no? Podemos hacer esto, escondiendo que somos de
Cristo, pero mucho mejor sufrir como Jasón y gozar de la compañía y comunión de
nuestro Señor.
La otra cosa aquí que me impresiono
mucho es el verso 14 “Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo
que fuese hacia el mar..” ¿Cuanto tiempo hace desde que estos hermanos
fueron salvos? No sabemos con seguridad,
pero me parece que era nada más que unas semanas. Pero, ¡que maravillosa que estos recién convertidos
tenían cuidado de Pablo y Silas, y además, el gran
predicador y apóstol Pablo escucha y toma consejo de unos hermanos nuevos! No había con el un orgullo que decía
“Ustedes hermanos tan nuevos no deben de estar dirigiendo a uno como yo.”
La siguiente vez
que escribo quizás consideremos la inscripción “AL DIOS NO CONOCIDO”, palabras
tan solemnes.
Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier