David sacrificando a Jehová después de su caída

 

Léase por favor 2 Samuel 24:14-25

 

Queridos jóvenes y amigos,

 

Hace casi un mes desde que dije “Pero Dios mediante continuaremos con el sacrificio de David en la era de Arauna Jebuseo.”  He desviado del estudio de la vida de David hablando del ministerio en la conferencia de Burbank, pero según las cartas que he recibido, valió la pena.  Aquí quiero agradecer a ustedes que tomaron el tiempo de escribirme para decirme que les ha sido de animo los estudios.  ¡Siempre me es de ánimo recibir sus cartas!  Hoy día me gustaría hablar del sacrificio de David por propiciación por el pueblo, unos puntos de interés.

Hay dos aspectos de la muerte de Cristo, ambos necesarios por nosotros creyentes, pero quizás vale la pena ver la diferencia.  Aquí notamos lo que dijo Arauna a David “Jehová tu Dios te sea propicio.”  El versículo que leemos en el nuevo Testamento es este “Y él es la propiciación por nuestros pecados: y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” 1 Juan 2:2  Lo que vemos es esto, que David hizo sacrificio y todo el pueblo de Israel fue librado del juicio, porque Jehová quedó satisfecho.  Igualmente, Jesucristo hizo la obra de propiciación en la cruz, tan eficaz que puede haber salvación por todo el mundo, pues Dios quedó satisfecho con su obra.  Era suficiente para cada persona en el mundo. 

Pero, hacemos la pregunta, ¿entonces son salvos todos?  La respuesta por supuesto es no.  Hay otra cosa que toca a cada uno que quiere ser salvo aceptar, que es la substitución, otro aspecto de la muerte de Cristo, pero uno individual y personal.  Se ve en 1 Pedro 2:24 “El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados.”  ¿Puede decir el pecador perdido que Cristo llevó sus pecados sobre el madero?  No puede, porque el Señor dijo “porque si no creyereis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.” Juan 8:24.  El inconverso, si no cree en Jesús, morirá en sus pecados y llevará sus propios pecados por toda la eternidad.  El tal no puede decir que Cristo llevó sus pecados, pero al momento que cree en Jesús, entonces puede descansar totalmente en esta obra consumada en la cruz, y decir con toda confianza “Cristo murió por MI.”

Así que, en breve resumen, propiciación fue hecho por todo el mundo, tal que la obra de Cristo en la cruz era suficiente en los ojos de Dios para expiación de todo pecado.  Predicando el evangelio, podemos proclamar que la salvación es por cualquier que lo quiere aceptar.  “Al que á mí viene, no le echo fuera.” Juan 6:37.  Pero solo los que han acudido al Señor pueden conocer el otro aspecto de la muerte de Cristo, y decir con toda paz en sus corazones “Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:5

Hay otra cosa aquí que me gusta notar en nuestro capitulo acerca de la adoración.  En este lugar, la era de Arauna, leemos “Y como el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía el pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Entonces el ángel de Jehová estaba junto á la era de Arauna Jebuseo… Y edificó allí David un altar á Jehová, y sacrificó holocaustos y pacíficos; y Jehová se aplacó con la tierra, y cesó la plaga de Israel.”  Después leemos algo muy precioso en  2 Crónicas 3  “Y comenzó Salomón á edificar la casa en Jerusalén, en el monte Moria que había sido mostrado á David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán (Arauna) Jebuseo.”  En el lugar donde el ángel cesó de destruir porque había propiciación, allí mismo Salomón construyó el templo para adorar a Jehová. 

Para mi la lección en estas escrituras es esto, que solo esta en el lugar donde la propiciación se hizo, allí el creyente puede adorar.  Para ponerlo en palabras muy claras, si yo no entiendo que todos mis pecados son eliminados para siempre jamás, no puedo adorar.  Así que los que dudan su salvación eternal, en realidad no pueden adorar, porque no tienen paz.  Pero el que descansa en la obra de Cristo, consumada en la cruz, puede estar en perfecta paz, y así como hijo de Dios, adorar en Espíritu y en verdad.  El que tiene miedo que por fin va a perecer en sus pecados, no puede realmente rendir a Dios adoración, pues le tiene miedo.

Dios mediante estaremos terminando el estudio de David pronto.  Pensamos estudiar sobre las siete fiestas de Jehová después.

Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier