David, y el triste resultado en su familia de su pecado

 

Léase 2 Samuel 13

 

Queridos jóvenes y amigos,

Hemos entrado en una porción de la Biblia que quizás quisiéramos evitar.  Leemos en Galatas 6:7,8 “No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción.”  ¿Se acuerda que David había pronunciado del hombre que robó la cordera del pobre “Y que él debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo esta tal cosa, y no tuvo misericordia.”?  David pronunció allí su propio juicio.  Ya había perdido el pequeño hijo de Bath-sheba y ahora iba a perder tres hijos mas; Amnón, Absalom, y Adonía. 

Hay otra cosa que notar aquí para unos cuantos de mis oyentes que son padres;  La Biblia nos dice claramente que tipo de padre era David en cuanto a sus tratos con sus hijos.  1 Reyes 1:6 habla de Adonia “Y su padre nunca lo entristeció en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así?”  Vemos además en la escritura de Eli, como Jehová le culpó por honrar más a sus hijos que a Jehová,  y su familia perdió para siempre jamás el privilegio de servir a Jehová como sacerdotes.  Ustedes jóvenes que quizás han quejado antes de las correcciones de sus padres, noten que es una responsabilidad que Dios les ha dado, y el no cumplirla puede tener consecuencias graves, como tuvo aquí en la casa de David.  David era rey muy bueno, cuidó bien al pueblo de Dios, pero era negligente en cuanto a su primera responsabilidad de criar su familia en el temor de Dios.

En estos capítulos leemos de Amnón, hijo corrupto de David, que deseaba a su hermana, hija de su papa, aunque no de su mama.  Dice el capitulo que la amaba, pero no era un amor puro, sino un amor bien conocido en el mundo el día de hoy, el amor de lascivia.  Algunos me han pedido que yo escribiera algo sobre lo que debe haber entre jóvenes que quieren buscar esposa o esposo.  Estoy orando sobre como hacer esto, siendo que las culturas son diferentes entre los Latinos a quienes mayormente escribo, y mi lugar de nacimiento, los Estado Unidos.  Pero vale la pena aquí mencionar lo que me enseñaron hermanos dotados en mi juventud.  1 Tesalonicenses 5:23 nos dice “Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”  Vemos las tres cosas aquí, espíritu, alma, y cuerpo.  El orden es importante.  Hay muchas versículos que podemos citar que enseña que el adorno de la mujer debe de ser “el hombre interior” de su espíritu.  Y el joven que quiere agradar al Señor y tener una vida feliz, allí debe de empezar en su búsqueda de una señorita que sea su esposa.  Una mujer puede ser muy bonita, sin tener el espíritu de una que desea agradar al Señor y honrarle en su vida.

¿Quiere usted tener un matrimonio feliz?  El mundo se acostumbra de prestar mayormente atención a la tercera cosa, el cuerpo.  El joven mundano busca una mujer bien bonita, la joven mundana busca un joven que sea bien guapo (o lindo, la palabra varia mucho en los países latinos en cuanto al varón.)  Pero eso no debe de ser la cosa más atrayente al cristiano que quiere una compañera o compañero de vida.  Amnón en nuestro capitulo no buscaba una esposa.  Su misma hermana se ofreció así, para que no haya un escándalo y oprobio, pero el rehusó y la asaltó, queriendo satisfacer sus deseos carnales primeramente.  ¿Y el resultado de este curso de violencia y lascivia?  Por fin era su muerte por la mano de su hermano Absalom, la destrucción de la casa de su padre, y una guerra civil en Israel.

Tenemos nosotros deseos que no son malos en si, pero tienen que ser controlados porque Dios ha proveído la familia, marido y marida, para la bendición del hombre.  Es sumamente común en el mundo en el día de hoy la costumbre de satisfacer los deseos fuera del matrimonio, pero esto no puede resultar en nada más que tristeza.  Era eso que engaño a David al principio.  Dejó que sus ojos quedaren en una mujer bien bonita, cuando hubiera sido mucho mejor no mirar.  Después no frenó sus deseos carnales y nació adulterio.  Un pecado se condujo a otro, y quizás fue el conocimiento de la conducta de su padre que animó a Amnón seguir su camino.  Es muy triste meditar en estos capítulos, pero están aquí en la escritura por nuestra enseñanza.  Debemos prestar atención y tomar instrucción por nuestras vidas.

Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier