Pedro, su advertencia del Señor

 

Léase por favor Lucas 22:31-34, Juan 13:31-38

 

Queridos jóvenes y amigos,

 

La semana pasada vimos a Pedro discutiendo con el Señor sobre la cuestión de lavar sus pies.  Ahora vemos a Pedro en condición de no entender su propia debilidad.  Creo que muchas veces es así con cada uno de nosotros.  No entendemos nuestra flaqueza.  Nos pensamos fuerte como Pedro quien dijo “Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? mi alma pondré por ti.”  Hablaba en serio, yo pienso.  Pero hubiera sido mucho mejor aceptar la amonestación del Señor acerca de su flaqueza y decirle “Señor, es cierto, si tu no me cuides, seguro que voy a caer.”

 

Es maravillosa la manera en que el Señor Jesús trataba con su siervo tan confiado en si mismo.  Notamos sus palabras con cuidado.  “Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.”  Quiero que notemos el plural que se ve “Satanás os ha pedido.”  No era solo Simón Pedro que estaba en peligro, sino todos los discípulos.  Y se nota también que Pedro iba a ser tamizado como trigo y no como paja.  Judas, que acabó de salir, no era trigo sino paja, un profesante falso y nada más.  Pero Pedro era trigo, es decir, un creyente de verdad, y a pesar de todos los esfuerzos de Satanás para arruinar su testimonio, no puede cambiar el trigo a paja.

 

“Yo he rogado por ti” dice el Señor a Pedro.  ¿No es de animo a nosotros pensar que nuestro Señor Jesucristo esta haciendo lo mismo por nosotros, los suyos, ahora mismo?  El libro de Hebreos nos presenta tal carácter del bendito Señor “misericordioso y fiel Pontífice” que intercede por nosotros.  Que triste es que tantos quieren otro para interceder por ellos, como me dijeron una pareja del pueblo aquí en Hemet hace unos años “pidamos a Maria que ella intercede por nosotros con su hijo.”  Pero no, no es por nosotros buscar otro pontífice.  Es suficiente saber que el mismo Señor Jesucristo entiende todas nuestras flaquezas y esta arriba a la derecha de Dios con sus manos levantadas pidiendo por nosotros individualmente.

 

Quiero mencionar algo más sobre las palabras del Señor a los discípulos aquí.  “Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él.”  ¿A dónde iba el Señor diciendo estas palabras?  Dentro de unas pocas horas iba a ser crucificado en una manera cruel y vergonzosa.  Aunque los dibujos pintan a Jesús en la cruz con un vestido, pienso que la verdad es que fue colgado desnudo, para mayor vergüenza.  ¡Pero el Señor hablaba de la gloria!  ¡Como Satanás no entiende los consejos de Dios!  No podía entender que aunque influyó a Judas entregar el Señor Jesús, e influyó a Pedro negar a su Señor, de todos modos Dios iba a tornar todo para la gloria.  Cristo iba a resucitar de los muertos, triunfante sobre la tumba y el pecado, habiendo llevado nuestras culpas en su cuerpo sobre el madero, y habiendo glorificado a Dios.  ¡Satanás pensaba que ganó una victoria pero en verdad, había perdido todo!

 

El Señor terminó sus palabras a Pedro diciendo “y tú, una vez vuelto, confirma á tus hermanos.”  El Señor prevenía la restauración de Pedro, y como iba a ser útil otra vez a sus hermanos, los otros discípulos.  A veces somos nosotros mucho menos perdonadores.  Hay la tendencia de pensar, o quizás decir, “este hermano ha caído en pecado antes, ahora no puede ser útil.”   Pero en el caso de Pedro, creo que era mas util, mas humilde después, y en el libro de los Hechos lo vemos usado por el Señor en una manera maravillosa.

 

Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier