Más preguntas de Pedro

 

Léase por favor Mateo 18

 

Queridos jóvenes y amigos,

 

Hemos hablado ya de algunas preguntas de Pedro, y Dios mediante vamos a ver algunas más.  Pedro era uno que hablaba bastante, a veces diciendo cosas que no debía decir.  Pero en cuanto sus preguntas, casi siempre llegaron a ser de valor a los demás, incluso nosotros, que hoy día disfrutamos las respuestas del Señor Jesús.  Claro que puede haber preguntas necias, pero yo creo que perdemos mucho mas por no hacer preguntas, como se atrevía hacer Pedro.

La pregunta de Pedro en este capitulo es así en verso 21 “Entonces Pedro, llegándose á él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré á mi hermano que pecare contra mí? ¿hasta siete?”  Pero para entender esta pregunta es necesario que leemos todo el capitulo, y por eso he sugerido que se lee.  El capitulo empieza con una pregunta hecha por todos los discípulos, a lo mejor porque habían estado discutiendo tal pregunta “¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?”  La pregunta era una indicación de lo que estaba en el corazón de los discípulos, y demasiado común en nuestros corazones, yo temo.  La respuesta del Señor era de indicar a los discípulos como debemos ser como niños, y el Señor iba más allá para decirles del valor en que mantiene Dios a los niños.  Arriesgo decir a los que dicen que no se debe tener escuela dominical en la asamblea, que mal han entendido como el Señor recomendaba el trato especial a los niños.  “Mirad no tengáis en poco á alguno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos.”

El tema de quien iba a ser mas grande en el reino fue ampliado por el Señor para hablar de relaciones entre hermanos en Cristo “Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele entre ti y él solo: si te oyere, has ganado á tu hermano.”  Supongo que los discípulos pensaron de hermanos en la carne, como los otros Judíos, pero nosotros ya vemos que el Señor iba a hablar de otra cosa, “la iglesia.”  ¿Qué era esto?  No había tal cosa que la asamblea en aquel entonces, pero el Señor estaba introduciendo algo muy importante, algo nuevo, que “hermanos” ya iban a ser entre personas con ningún parentesco familiar, sino parentesco espiritual, como hermanos en Cristo.  Y entre ellos había de ser algo diferente, algo nunca visto en Israel, que personas iban a orar en situación corporal y congregar en nombre de Cristo.  “Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.”  Además, este grupo iba a tener autoridad para hacer juicio en nombre de Cristo, ligado hasta en el cielo.  “De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo.”

Esta claro que los discípulos poco podían entender de qué hablaba el Señor.  Pero una cosa si entendían que, aunque la ley había enseñado “ojo por ojo” que ahora el Señor estaba hablando de un gran cambio, humildad y perdón.   Por eso la pregunta de Pedro “¿hasta que punto he de perdonar?”  Sin duda lo veía muy difícil.  Pero creo que el Señor por su historia del perdón en el fin del capitulo nos muestra la meta.  Somos nosotros los siervos que fueron perdonados los diez mil talentos, una deuda increíble que nunca íbamos a poder pagar.  Y si nuestros hermanos nos han hecho algo malo, no puede ser deuda tan grande, comparado a lo que nosotros hemos sido perdonados.

Veo en este capitulo puntos muy importantes por nosotros que profesamos congregarnos así según el verso 20 en el nombre del Señor.  El capitulo empieza con humildad en forma de niños, y termina con una historia de perdón.  Creo que es porque poco entendemos y realizamos estas dos cosas, por eso hay problemas en la asamblea de santos así congregados.  Algunos tratan de evitar estos problemas por no asistir, o si asisten, se mantienen lejos de sus hermanos en forma de frialdad.  Pero el Señor tampoco recomendaba esto.  Vemos en el capitulo una comunión grata entre los que iban a ser “hermanos”, ya no simplemente Judíos de una misma nación, sino este parentesco tan cercano.

Dejo lo demás para que cada cual de nosotros meditamos en las mismas escrituras.

Su hermano solo por gracia, Felipe Fournier